Capítulo 546
Al escuchar la voz de Ana, padre e hijo volvieron la mirada. Lucas extendió la mano para apartar el cangrejo, pero la señora que vendía vegetales a un lado, al ver lo que sucedía, rápidamente lo detuvo.

—No lo toques, si lo haces, el cangrejo apretará aún más fuerte su dedo. Permíteme hacerlo.

Lucas nunca ha acatado órdenes de nadie, pero como esta es la primera vez que se encuentra con esta situación, no tuvo más remedio que retroceder dos pasos.

La vendedora se acercó, ayudó a sujetar el cangrejo y vertió agua sobre él. Después de un momento, el cangrejo soltó su pinza y Ana finalmente recuperó su libertad.

Sin embargo, su dedo todavía estaba herido y sangraba. Mientras Ana fruncía el ceño buscando dónde vendarse, Lucas finalmente se acercó. Sin pensarlo, tomó el dedo sangrante de Ana en su boca.

Ana se quedó atónita por un momento. Cuando finalmente reaccionó, su rostro se tiñó de rojo. ¿Qué está haciendo este hombre de repente?

Además, ¿no es él un germofóbico...? ¿Acaso no le disg
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