Capítulo 483
Después de bajarse del avión, Lucío no perdió tiempo y se dirigió directamente a donde vivían sus padres. Al llegar a la mansión, vio a Diego ya esperándolo afuera. Lucío se acercó apresurado.

—¿Cómo está? ¿Qué enfermedad tiene mamá? ¿Cómo es su situación actual?

—Entra y lo verás por ti mismo. Ella ha estado murmurando que quiere verte, dice que no irá al hospital hasta que regreses.

Lucío sintió una pizca de culpa en su rostro al escuchar esas palabras. Sin pensar mucho, entró rápidamente con la intención de ver cómo estaba Luz. Al ver que Lucío había entrado, Diego ordenó que todas las salidas de la mansión fueran vigiladas cuidadosamente. Una vez que se aseguró de que ni siquiera una mosca podría escapar, finalmente lo siguió.

Lucío entró a la habitación de Luz, y al abrir la puerta, la encontró acostada en la cama con los ojos cerrados, sin saber exactamente qué estaba pasando. Frunció el ceño y se acercó rápidamente.

—¿Qué te pasa? ¿Dónde te sientes mal? Déjame ver.

Luz, que esta
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