Capítulo 420
Ana, sin posibilidad de refutar, fue empujada con escasa gentileza hacia la sala de detención.

La sala estaba llena de otras mujeres que, al ver a una nueva prisionera, no hicieron caso de Ana. Encontró una cama individual vacía y se sentó en ella. La sensación fría y dura no era para nada cómoda, pero Ana no tenía la energía para pensar en eso.

Había regresado por Javier, para encontrar una médula ósea compatible. Debería haber estado luchando contra el reloj, resolviendo cosas rápidamente. En cambio, había terminado aquí, sin tener idea de cuándo recuperaría su libertad...

Ana se sentía patética. Lentamente, encogió sus piernas y se encogió en una pequeña bola. Las lágrimas calientes brotaron y rodaron por su cara sin que se diera cuenta.

...

Hospital, en la habitación

Lucas estaba sentado en una silla. Aunque su cuerpo estaba allí, acompañando a Luna, su mirada siempre estaba en otro lugar, ensimismado en sus pensamientos.

No era difícil para Luna darse cuenta de que él estaba dist
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