Originalmente, Lucas había pensado en aprovechar la oportunidad de inspeccionar el proyecto para echarle un vistazo a Ana desde lejos. Sabía que ella no quería ser molestada, por lo que no se atrevía a rondar frente a ella. Sin embargo, no esperaba que apenas llegara a la entrada de la oficina, vería que ella estaba teniendo una discusión con alguien. No había tenido tiempo de intervenir cuando vio a Ana ser empujada con brutalidad.

En ese instante, cualquier tipo de autocontrol, cualquier intento de mantener distancia, se disipó. Sólo pensaba en correr hacia adelante para protegerla.

—¿Es... es el Sr. Hernández?

—¡¿Cómo es que está aquí?! ¡Ay, Dios mío, es aún más guapo que en la televisión, me ha robado el aliento!

La aparición de Lucas provocó un murmullo de sorpresa entre el personal de la oficina.

Pero el hombre no mostró ninguna reacción a esto, sus ojos sólo podían ver a la mujer en sus brazos.

—¿Estás bien, no te has lastimado, verdad?

Al escuchar la voz familiar del hombre,