David se sentía muy desconcertado, pero al fin y al cabo, él era solo un asistente, y no debía entrometerse demasiado en los asuntos de su jefe, así que simplemente siguió las instrucciones.

David envió a Ana, a través de un mensaje de texto en su teléfono móvil, lo que Lucas le había pedido.

Al recibirlo, Ana respondió con un "gracias".

Echó un vistazo, y la agenda de Lucas estaba tan ocupada como siempre. Sin embargo, había muy poco tiempo para asuntos personales; la mayoría de las actividades se centraban en el trabajo.

Sin darle muchas vueltas, Ana reenvió directamente la información y realizó una llamada telefónica.

Olga estaba en casa haciéndose un tratamiento de belleza cuando recibió la llamada. Al darse cuenta de que era de Ana, contestó.

—¿Qué tal? ¿Terminaste lo que te pedí? —dijo Olga con voz altiva, como si Ana fuera su humilde sirvienta.

Ana no tenía ganas de discutir sobre eso y dijo con indiferencia: —Te lo envié, ahora depende de ti cómo lo uses.

Olga echó un v