Capítulo 1208
Ana se sobresaltó y, cuando reaccionó, fulminó con la mirada a Lucas.

—¡Bájame ya!

Aunque Ana trató de parecer enojada, recién despertada y con los ojos aún somnolientos, intentó no hacer mucho ruido, temiendo despertar a los dos pequeños que aún dormían. Por eso, su intento de intimidación resultó más bien tierno y suave.

Lucas, percibiendo la preocupación de Ana, en lugar de soltarla, la abrazó con más fuerza.

Sintiendo la suave sensación en sus brazos, Lucas experimentó una indescriptible nostalgia. Sin embargo, al ver el rostro enrojecido de Ana por la molestia, decidió no aprovecharse más y la colocó en su propia cama pequeña, para luego ir a servirle un vaso de agua.

Ana giró la cabeza, rehusando beber el agua que ese desgraciado le ofrecía, pero Lucas habló:

—Si no bebes, la única perjudicada serás tú. ¿O prefieres que te dé de beber personalmente? Eso también se puede hacer.

Diciendo esto, Lucas fingió beber un poco de agua y se preparó para dársela a Ana boca a boca.

Ana se as
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