Capítulo 1211
—Javier, Jose, miren todo esto que hice con mis propias manos, pruébenlo.

Adelina, sintiendo que no podía ayudar en otras cosas, decidió preparar algo para nutrir a los tres, madre e hijos, así que lo hizo con mucho esmero.

Los dos pequeños, acostumbrados en el hospital a comer en la cafetería o a comer comida rápida afuera, aunque antes les encantaba, con el tiempo inevitablemente se cansaron de ello. Los platos caseros de Adelina, aunque simples, les recordaron los días pasados con su abuela materna, por lo que comieron con mucha alegría.

—Adelina, tu cocina se parece mucho a la de la abuela. Mamá, ¿cuándo podremos ver a la abuela? —preguntó Javier mientras comía, sin poder contener su curiosidad.

Hacía mucho que no veían a Teresa. Los pequeños, que habían crecido al lado de su abuela, naturalmente la extrañaban mucho.

Ana se detuvo un momento. En la mente de los niños, Teresa seguramente seguía viviendo bien en el extranjero; jamás imaginarían que ahora estaba en una cama de hospita
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