Capítulo 1174
La expresión de Lucas mostró una creciente incomodidad cuando, en ese momento, se acercó una enfermera.

—Sr. Lucas, ya hemos organizado la prueba detallada que mencionó para la Srta. Ana...

Al escuchar el nombre de Ana, la cara de Adelina cambió radicalmente. De inmediato, comprendió algo y corrió directamente hacia la habitación.

Al abrir la puerta, vio ese rostro familiar en la cama. Ahora, Ana yacía en la cama hospitalaria de blanco puro, sin rastro de color en su rostro y sus labios ligeramente pálidos. Estaba envuelta en vendajes por todas partes, mostrando claramente la gravedad de sus heridas.

"¿Cómo pudo suceder esto?"

Adelina se pellizcó fuertemente el muslo. El dolor le confirmó que lo que estaba viendo no era una ilusión, sino la realidad.

Adelina se sintió aturdida y caminó tambaleándose hacia la cama de Ana.

—Ana, ¿qué te pasó? ¡Ana, despierta!

Los ojos de Ana permanecieron firmemente cerrados, sin responder al llamado desesperado de Adelina.

Adelina sintió debilidad en su
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