Capítulo 1181
No pasó mucho tiempo cuando el sonido de un coche deteniéndose se escuchó desde afuera, seguido del ruido de una puerta abriéndose. Isabel miró sin expresión, pero sus ojos se agrandaron sorpresivamente al ver las manchas de sangre en Lucas.

En un instante, olvidó toda la compostura de una dama de alta sociedad y rápidamente corrió hacia él.

—¿Qué pasó con la sangre en tu ropa? ¿Estás herido? ¿Dónde?

Al ver la preocupación en el rostro de Isabel, Lucas no se sintió conmovido. Por el contrario, sintió un escalofrío. Si no hubiera encontrado tanta evidencia, ¿cómo habría creído que su madre, a quien consideraba tan grandiosa en su corazón, podría ser tan maliciosa?

Lucas apartó la mano de Isabel. Ella, sorprendida, tropezó hacia atrás y levantó la mirada hacia el hombre frente a ella, quien la miraba con indiferencia.

—Esa sangre no es mía, es de Luella.

Al escuchar el nombre de Luella, la expresión en el rostro de Isabel se volvió rígida por unos segundos, y su respiración se aceleró
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