Dos meses después de la muerte de Dante.
Mientras tanto en Italia. Se había desatado una guerra por la muerte de su líder, el Diablo de la mafia italiana.
Iván y sus amigos estaban furiosos y querían dar con el enemigo. Se enteraron de ello, cuando Renzo volvió a Italia, con ayuda del Árabe.
Después de que los habían emboscado en el desierto, Renzo buscó e intentó comunicarse con Dante, pero nada, no había señal de él, ni de Franco. Habían sido los únicos desaparecidos, ya que todos los cuerpos del escuadrón se habían encontrado tirados en el desierto.
Renzo, con ayuda del Árabe, volvió al mismo sitió, en busca de su jefe, pero no había rastro alguno de él. Fue ahí cuando recogieron y limpiaron toda la masacre que se vivió allí.
Estando él ya con sus amigos, les explicó lo sucedido y también que buscaron por todos rincones y no había señales del Diablo. Para Iván era difícil creer que su hermano del alma estuviera muerto, también le preocupaba la organización y quién también estaría a cargo ese tiempo mientras aparecía Dante.
Él, definitivamente no lo quería dar por muerto, por eso intentó esconder eso con los demás socios, no quería que se enteraran de ello. Y es que si sucedía se iba armar una revolución por el puesto de Dante, ya que ese lugar necesitaba ser ocupado.
Iván ordenó al los guardias que trabajaban para ellos, que siguieran buscando. Mando a otro escuadrón a Marruecos, y que revisaran cada ciudad, pueblo, todos sitios de ese lugar y sus alrededores. Pero que no regresarán hasta encontrar a su Líder.
Jamás se daría por vencido, hasta no ver su cuerpo. Iván no tenía cabeza para liderar con otras cosas, por esa razón en esos momentos no recordó a la fiera del Diablo, si no se acordaba de su morena despampanante, mucho menos de otras mujeres lo iba hacer. Él lo único que quería era encontrar a su amigo, y mientras los hombres que mando lo hacían, él se puso a cuidar de la organización en Italia, era lo que hubiera querido Dante, por eso lo dejaba muchas veces a cargo.
Pero él no se sentía bueno para ello, así que llamó a su padre para que viajara a Italia y lo ayudará. El sabía más de ello, y era bueno dirigiendo y dando órdenes, Iván servia más para asesinar y contrabandear. Eso era lo suyo. Para los negocios definitivamente el perfecto era Edgardo.
Su padre había llegado una semana después de que se enteró de la desaparición de Dante. Solo él, Edgardo, Renzo y Leo, sabían de eso. No querían que nadie más lo supieran. Y también el Árabe, que se había ofrecido ayudarles, estaba apenado por lo que había sucedido, y sentía que debía ayudar, aparte que le tenía un gran apreció al Diablo.
Pero cuando creían que tenían todo bajo control y que nada, ni nadie llegaría a meterse. Se habían equivocado, pues no era así. Bruno Mancini, primo de Dante, había entrado por la puerta grande como un gran triunfador, como si se hubiese sacado la lotería.
Venía por el puesto de su primo, se había enterado de su supuesta muerte, porque los que se enteraron así lo dijeron. Con una gran sonrisa y con arrogancia se dirigió a Edgargo y los otros, que se encontraban reunidos en la sala de la mansión Mancini. La siverdumbre le recibió y lo dejó pasar. No era bien recibido, pero aún así nunca no le prohibieron el paso, más bien el les amenazó.
— Lo que nos faltaba, la peste — dijo entre dientes Leo, cuando Bruno entró a la estancia.
— Recuérdame más tarde de sacar la suciedad de aquí. — comenta Bruno a su hombre que lo acompaña a su lado derecho.
Llega hasta ellos y les sonríe falsamente.
— ¿Qué quieres? — masculle Iván molesto. Edgardo, intenta calmar a su hijo cuando le palmea con su mano en el hombro y niega con la cabeza. Él suspira en respuesta y prosigue — ¿A que has venido? — preguntó, intentado sonar calmado.
— Por mi trono — respondió como si nada.
Leo comienza a carcajear, Iván no hace nada más que solo mirarlo mientras lo asesina con su mirada, Renzo también se encuentra molesto y Edgardo intenta analizarlo con su mirada. Por supuesto no estaban contentos con ellos y mucho menos con su presencia.
— Por favor, no nos hagas reír — dijo Leo — Esto es una broma ¿verdad?, porque eres pésimo haciéndolas.
— No hablo con los perros — le responde Bruno.
En eso Leo se encamina para acercar a él y golpearlo, pero Iván lo detiene, lo agarra fuerte del brazo para evitar que su amigo haga una estupidez.
— Solo ignoralo — le dice Iván, a Leo, él gruñe molesto, pero intenta controlarse, deshace el puño que había hecho y solo asiente. Más tranquilo, se aleja un poco para acercarse a la chimenea y se queda ahí — No se quien demonios te dijo que podías venir aquí como si nada y tomar el lugar del Diablo, ese sitió solo le corresponde a él y a nadie más. — finaliza Iván.
— Yo no necesito que me lo digan. Todos los que estamos aquí sabemos que yo soy el sucesor de la familia, si el falta, el lugar me correspondería a mí. Por ser un Mancini.
Iván resoplo furioso, ciertamente tenía razón en sus palabras, y no era de dudar de que tarde o temprano vendría por lo que supuestamente le correspondía. Pero lo que él se preguntaba era ¿cómo se había enterado?, se suponía que solo sabían él y los otros que se encontraba en esa habitación, a excepción del primo.
— Él no está muerto — dijo Iván.
— Eso no lo sabes tú, pero si sabes que esta desaparecido, hace más de dos meses más o menos, ¿no? — cuestiono Bruno.
Iván estaba enfureciendo más, ese sujeto había dado en el clavo, quien sabe cómo estaba al tanto, pero lo que más le preocupaba era que tenía razón, y él podía aclamar por el lugar de Dante, sino lo aceptábamos, podría ir a pedir ayuda a los otros líderes y asociamos de las mafias que estaban alianzadas con la del Diablo.
Tenían que resignarse y aceptar al tal primo, solo sería por un tiempo mientras regresara Dante, Bruno no era el correcto para tomar el lugar, pero no había otra salida, no había otro heredero, ni nada que los salvara de eso.
Edgardo asintió resignado, no quedaba nada más que decir. Les hizo seña a los demás para que también aceptaran, pero Leo solo los ignoró y salió de ahí furioso, Renzo negó con la cabeza y suspiro, asintió y se marchó por donde se fue su amigo. Solo faltaba Iván, su padre toco su hombro en señal de que todo estará bien. Inhalo aire y después lo expulsó, de un largo momento asintió por igual.
Bruno seguía sonriendo y después volvió hablar.
— Así me gusta, que vean quién manda. Además por el momento los necesitaré, ya después quizás haga unos cambios, no confío en la gente del Diablo, no creo que muchos me vayan a tener lealtad, aunque otros tal vez sí lo hagan. — dice. — Mañana regreso para tomar posesión de lo que me pertenece, mandaré a que traigan mis cosas, así que vayan sacando todas las cosas de mi querido primito.
Termina de decir para girarse e irse con su guarura. Iván estaba que no lo calentaba ni el sol, no sabía como iban a salir de esto y deshacerse de ese imbécil.
— Deseo matarlo — dice entre dientes.
— Calma hijo, debemos tener la cabeza fría y concentrarnos en que debemos de hacer.
— Creí que te habías rendido cuando aceptaste a tu nuevo líder — dice Iván, confundido.
— Eso jamás, si tenemos esperanzas de encontrar aún a Dante, no debemos tirar la toalla.
— Pero.. ¿y si esta..? — no quiso terminar su pregunta, no es algo que pensara o deseará que fuera, pero también le había cruzado por la mente esa opción desagradable.
— No hijo, tú mas que nosotros sientes que el sigue con vida, yo también lo presiente. Solo hay que seguir buscando, hasta encontrarlo.
Iván estaba completamente de acuerdo con su padre, sabia que era lo que tenían que hacer hasta dar con él, en algún lado del mundo tenía que estar, vivo o muerto.. pero querían encontrarlo.
Al igual iba a intentar investigar cómo fue que Bruno se enteró de la desaparición de Dante, tenía que llegar a la verdad de todo y si averigua que él tenía algo que ver con ello, se las iba a pagar, iba vengar la pérdida de su amigo a cualquier costa.
Mientras tanto en la mansión Mancini nada iba por buen camino. Después de unas semanas más, Bruno se había encargado de cambiar personal de casi todo el equipo que en algún momento trabajaron para el Diablo.
No confiaba en nadie que haya servido a su primo y mucho menos los hombres de confianza de Dante. Por esa razón tenía muy vigilados a Iván, Leo, Renzo y Edgardo.
Mientras se encontraba sentado en el lugar del Diablo, su despacho, su asiento. Uno de sus hombres llegó. Era un tipo tatuado, tenía un aspecto que daba miedo y con su oscura aura cualquiera podía sentir escalofríos por lo que provoca terror.
— Jefe — dice el tipo tatuado — ¿Me mando a llamar?
Bruno, no respondió en seguida, solo se limitó a mirar por la ventana.
— Necesito que hagas otro trabajito — respondió Bruno.
— ¿A quién tengo que cargarme? — Sonó malicioso.
Bruno niega con un dedo mientras fija su mirada en él.
— A nadie. Por el momento solo será un secuestro. — informa.
— Tú dirás, yo solo te obedezco.
Junta sus manos y apoya sus codos en el escritorio para inclinarse un poco hacía enfrente.
— Iras a Dresde Alemania — prosigue — Y me traerás a la hija de Lionel Bachman.
— Pero.. que no habías dicho que querías unir las mafias. Si haces eso, lo único que querrá ese viejo de ti será tu cabeza.
— Así es, pero tengo un plan. Y necesito deshacerme primero de los estúpidos amigos de mi primo. — dice Bruno — La única forma es secuestrando a esa niña y después haremos creer que fueron los hombres del Diablo. Y así serán dos pájaros de un solo tiro.
— ¿Después la matarás — preguntó.
— No, su destino será mucho mejor — responde — La haré mi mujer. La puta de del Diablo será mía.
El hombre tatuado se carcajea.
— Tú sí sabes. Fuera el Diablo de la organización, ya te puedes quedar con el lugar que te corresponde, y no solo eso, si no que también te quedarás con su mujer. — sonríe con malicia.
Bruno había hecho un plan para que culpaban a los amigos de Dante, y así pudiera deshacerse de ellos.
— Ella será mía, a cualquier costa. Todo lo que era del Diablo será mío. — asegura con su tono de voz serio.
— ¿Cuando será el día del atraco?
— La madrugada de su cumpleaños. Me entere que Lionel dará una fiesta por sus vente años. Que mejor regalo para ella que secuestrarla. — sonríe malévolamente.
Pero para él su gran plan era acercarse al líder de la mafia Alemana y hacer alianza con él, para después destruirlo y quedarse con su imperio, su organización y con su mayor tesoro su hija.
▪︎ LILLIE ▪︎Uno, dos, tres balazos.. resonaron en el aire. Me encontraba en el campo a las afueras de la mansión donde estaba encarcelada.Aunque parecía más un castillo que una mansión. Era un lugar muy grande, había muchos sitios a donde ir, pero este era mi preferido, era donde yo podía sentirme más relajada y cómoda.Seguí disparando, pero me detuve cuando escuché unas pisadas acercarse.— Me imaginé que aquí estarías — la voz de Marcus llegó a mis oídos. — Si tu padre se entera de lo que haces aquí, temo decirte que probablemente nos castigue por ello. Y sospecho de que al que le va ir peor será a mí.Había robado su arma o más bien la había tomado sin pedirla prestada. Solía venir a este sitio para distraerme y estar un momento a solas.Y la verdad no entendía porque razón tenía un arma el guardaespaldas que Lionel había asignado para
▪︎ LILLIE ▪︎ Habíamos recorrido casi todas las tiendas, no me gustaba como me quedaban los vestidos que me había medido. Sino eran muy cortos y ajustados, o largos y al igual pegados. Todo me quedaba ajustado, necesitaba un vestido que no me sintiera tan apretada. Después de buscar durante dos horas más. Di con el indicado, uno que no ciñera mucho mi figura. Pero mi hermana insistió que me llevara dos más por si cambiaba de parecer. Como mi cumpleaños tocaba en viernes, ese día exacto estaba planeado para festejarlo. La mansión contaba con un salón grande y muy amplio para reuniones de ese tipo, así que ahí sería el festejo. Lionel había mandado a que organizaran todo, pero mi hermana se ofreció en hacerlo. Por esa razón me tenía encerrada en mi habitación junto con sus amigas que había hecho en la universidad. Ellas estaban arreglándome para la ocasión, y aunque
▪︎ LILLIE ▪︎No quería indagar en ese asunto, pero como creí que habían nombrado a Dante, hice a un lado mi sensatez y me acerque más a la puerta.Esto de escuchar detrás de las puertas a hurtadillas se estaba haciendo costumbre mía.— No me interesa tu alianza, tú también eres un Mancini — dice Lionel.¿Un Mancini?, ese es el apellido de Dante, ¿quién ese ese hombre con el que Lionel habla?— Bachman, te garantizo que yo no seré como mi primo, él era un sucio en los negocios, alguien en quien nadie confiaba. — dice la otra voz.¿Primo?, oh por Dios.Me pegó más a la puerta para escuchar bien.— Como sea no me interesa tener ninguna relación con la organización italiana — informa Lionel.¿Organización?, qué, él también es un mafioso. Oh por Dios, ahora entiendo tanto poder y dinero. No son s
▪︎ LILLIE ▪︎Me quedé vacía de tanto llorar, aún no creía que él estuviera muerto. Era algo difícil de creer.Pensar en qué mi Diablo ya no estuviera vivo, saber que nunca más miraré su sonrisa arrogante y mientras me miraba con su mirada traviesa, eso hace que me deprima más, quiero seguir llorando pero mis lágrimas ya no salen.¿Por qué me tuve que enamorar de la persona que menos esperaba?, de quién no imaginé. Desde el principio sabía que esto no iba acabar bien.Es un mafioso, que destino podía esperar para él. Tarde o temprano terminaría por irse para siempre. Y aunque me duele admitirlo es la verdad.Escuche como trataban de abrir la puerta, probablemente tengan una llave para hacerlo, pero aún así no le tome importancia. Seguía de bocabajo con mi rostro entre las almohadas.El sonido de la puerta al abrirse se escucha, p
▪︎ LILLIE ▪︎Aunque mis ánimos estaban por los suelos, acepté ir con mi hermana y sus amigas a quien sabe que lugar donde piensan llevarme.Ya había anochecido y estábamos listas. Alexa insistió en que me pusiera uno de los vestidos que compramos junto con el de la fiesta de cumpleaños.No quería usar vestido, pero no tenía más ropa que me quedara a mi medida. Esta prenda era algo holgada de la falda, era un mini vestido, de cuello redondo y sin mangas, color negro liso. Muy casual y simple, la verdad me gustaba por lo sencillo que era, pero era muy corto.Me coloqué unos zapatos de plataforma no muy altos, haber cuanto tiempo duraba con ellos puestos.Aún estaba en si ir o no, no me sentía muy cómoda yendo de fiesta por la noche, y menos con la reciente muerte de Dante. Pero también tenía razón mi hermana, debía distraerme y no estar pensando en mi dolor, no le hac
▪︎ LILLIE ▪︎Evidentemente esa era la razón por la que me cubrió la cara con el saco. No quería que supiera a dónde me llevaban. Y me refería en plural, porque escuché el sonido del motor de la camioneta cuando arrancó mientras que el tipo que me raptó seguía agarrándome con fuerza para que no me escapara.《Tengo miedo》el pánico se apodera de mí, se que debería ser fuerte y no mostrar vulnerabilidad, pero era inevitable.Solo espero que no me hagan daño, por mis bebés, por ellos es que debo protegernos.Después de un largo recorrido, siento como el vehículo se detiene, ¿en dónde?, no sé. Seguía tapada de la cabeza.En eso siento con alguien jala de mí y me carga, aprovecho para luchar nuevamente, darle golpes con mis manos, de las piernas me traía sujeta, cuando el tipo me cargó en su hombro. Golpeo repentinamente su espalda con mis puños mientras gritó.
▪︎ LILLIE ▪︎Después de un largo tiempo en que los hombres extraños se fueron, me puse de pie para revisar la habitación en donde me encontraba.Me sentía sin fuerzas, probablemente era porque no había ingerido ningún alimento en todo el día, ya que en la mañana no quise desayunar cuando la chica del servicio me había llevado mi comida a mi alcoba.Se que tenía que comer, y ahora mucho más que antes, pero no podía pasar nada por mi boca, cualquier cosa que comía lo vomitaba, desde que estoy embarazada así haciendo, pero ahora que me siento triste sin ganas de nada, me ha afectado más.¿Será que mis bebés sientan mi dolor?, mi hermana me había dicho que mi estado de ánimo lo pueden presenciar y pueda ser que les llegue afe
▪︎ LILLIE ▪︎Siento un fuerte dolor de cabeza mientras abro los ojos con lentitud. ¿Qué me paso?No recordaba que me había sucedido, solo recuerdo que me había quedado dormida por un rato, y después estaba soñando él. «¿soñando?» no eso no parecía un sueño.Abro por completo mis ojos al recordar mi sueño tan real que tuve. Necesito verlo para darme cuenta de que no estaba soñando como creí.Me enderezo rápidamente para sentarme, estaba en la cama. Froto mis ojos para visualizar mi alrededor y miro dos siluetas.— ¿Cómo te sientes? — pregunta el chico de cabello oscuro. — ¿Te duele algo?, ¿estás enferma?Él y su compañero tatuado eran los que se encontraban en la habitación, acepción de mí.— Deja que primero abra bien los ojos, solo harás que se maree de nuevo, con tu estúpido interrogatorio — dice de mala gana el hombre tatuado.