Hace seis años...
La elegante sala de conferencias estaba cargada de tensión debido a una negociación de alto riesgo. Vittorio Amorielle estaba sentado en la larga mesa, con sus ojos oscuros fijos en el contrato abierto frente a él. Al otro lado de la mesa, Ellis Barker debería haber estado sentada, pero ella se había ido, dejando a sus propios abogados defendiendo su causa.
Las discusiones legales continuaban, un vaivén de jerga legal que se escapaba de los pensamientos de Vittorio. Su atención oscilaba entre las palabras en el papel y el solitario anillo de compromiso con un diamante negro que descansaba sobre la mesa. Un diamante tan oscuro como las sombras que ahora envolvían su vida.
Sus dedos se extendieron, casi como si estuvieran siendo atraídos por una fuerz
Los sonidos del hospital eran una mezcla confusa en los oídos de Ellis cuando lentamente despertó. Su visión estaba borrosa y parpadeó varias veces, tratando de enfocar lo que estaba a su alrededor. Su mente estaba nublada, pero había algo que juraba haber visto. ¿Una silueta en la puerta... era Vittorio?Frotándose los ojos y forzando su visión, Ellis finalmente pudo ver claramente. No era Vittorio. Era John Smith, hablando con una enfermera. La confusión se apoderó de ella. ¿Qué estaba haciendo John allí? Intentó moverse, pero su cuerpo estaba débil y adolorido.Poco después, el doctor Bryan Woodward entró en la habitación, acompañado por John. El doctor sostenía la historia clínica de Ellis, y su rostro mostraba una
Las horas parecían pasar lentamente mientras Vittorio esperaba noticias de Rocco. Finalmente, el teléfono sonó, interrumpiendo el denso silencio. Era Rocco, y sus palabras hicieron que el corazón de Vittorio latiera más rápido."Ellis ha sido llevada al Hospital Presbiteriano de Nueva York", dijo Rocco, su voz tensa. "Estamos en camino".Vittorio sintió un mezcla de alivio y preocupación. Estaba decidido a llegar hasta Ellis, sin importar lo que fuera necesario. Cortó la llamada, sintiendo una nueva urgencia en sus acciones.Rocco y los hombres llegaron al hospital, pero la pista de Ellis ya se había desvanecido. Después de mucha persuasión, investigación y conversaciones en los pasillos, finalmente descubrieron la verdad. Ellis estaba embarazada
Seis años después...Vittorio caminaba con pasos firmes hacia su coche, su expresión seria reflejando la intensidad de sus pensamientos. Al abrir la puerta del vehículo, tomó la lonchera olvidada por su hijo en el asiento. Suspirando, agarró el objeto y estaba a punto de cerrar la puerta cuando la insistente vibración de su teléfono móvil lo interrumpió. La pantalla mostraba el número de Rocco, su actual consejero. Con un toque de irritación, contestó la llamada, su voz cargada de impaciencia."¿Qué sucede, Rocco?" cuestionó bruscamente.Al otro lado de la línea, la voz de Rocco sonaba seria y decidida. "Los franceses están esperándote en la reunión, Don Vittorio."Vitt
Vittorio sintió cómo su corazón se aceleraba mientras observaba a Ellis alejarse en su coche. Había perdido esa oportunidad, no solo para explicar la situación, sino también para mostrarle que su corazón aún le pertenecía. Con un impulso decidido, comenzó a caminar rápidamente hacia el coche de Ellis, con los ojos fijos en el vehículo que se alejaba.Agitó frenéticamente la mano para llamar su atención, mientras su propio corazón latía de forma desordenada. Sus pasos apresurados lo llevaron al medio de la carretera, y extendió la mano en su dirección, como si pudiera alcanzarla."¡Ellis!" gritó, su voz llena de desesperación y anhelo.Pero Ellis no redujo la velocidad. Por el contrario
Vittorio conducía por las concurridas calles de la ciudad, con la mirada fija en la carretera, pero su mente estaba en otro lugar. Pensaba en Ellis, en los años que habían transcurrido desde la última vez que la vio. De todas las formas en que había imaginado ese encuentro, en ninguna de ellas la imaginaba en la puerta de una escuela infantil. Era como si el destino estuviera jugando con él, poniendo a Ellis en su camino en el momento más inesperado.Eleonora lanzó una mirada a Vittorio, captando la seriedad en su rostro. Comentó, rompiendo el tenso silencio: "Nunca imaginé que encontraríamos a Ellis justo en la escuela de nuestro hijo".Vittorio volvió la mirada hacia su esposa y asintió, todavía procesando los eventos recientes. Eleonora repitió, enfatizando:
Ellis miró la primera foto del álbum y su respiración se detuvo por un momento. Era una imagen en blanco y negro, el primer registro de Donna en una ecografía, con solo catorce semanas de gestación. Allí, en esas líneas y formas indistintas, estaba la promesa de una vida, la semilla de un amor que crecería dentro de ella. Su corazón se apretó en su pecho mientras el recuerdo de aquel día hace seis años inundaba su mente.El destino parecía tener un sentido del humor peculiar, reflexionó. Después de todo, también fue en un momento de cambio que se tomó esa foto. Seis años atrás, estaba empacando sus cosas en la casa de Brownsville para mudarse al apartamento de John. Fue un paso importante en su vida, un paso hacia un nuevo comienzo, cuando el pasado todaví
Ellis llegó al modesto apartamento de John Smith. El lugar era considerablemente más pequeño que la espaciosa casa en Brownsville que solía llamar hogar, y en comparación con la mansión donde vivió con Vittorio, era como una fracción de una habitación. Sin embargo, la diferencia de tamaño no le molestaba; de hecho, sonrió al entrar y sentir la comodidad que emanaba del lugar.Sus ojos fueron inmediatamente atraídos por el gato negro
SEIS AÑOS DESPUÉS...Ellis estaba sentada en el cómodo sillón de la sala, con el álbum de fotos abierto en su regazo. Sus delicadas manos pasaban las páginas mientras su mirada se centraba en cada imagen que contaba la historia de los momentos vividos por su familia en Seattle.Las páginas estaban llenas de momentos de la vida de su hija. Fotos desde su nacimiento, sus primeros pasos, viajes en familia, risas compartidas, aventuras por la ciudad, celebraciones de cumpleaños e incluso algunas lágrimas que marcaron los días difíciles. Cada página era una cápsula del tiempo, capturando su viaje desde que se mudaron a esta nueva etapa de sus vidas.Ellis sonrió al recordar las primeras semanas tumultuosas después de la mudanza. Ella y J