Capítulo 316
—Olvídalo, no es necesario —respondió Lucía.

A veces no entendía completamente a Mateo. Por un simple encuentro con un compañero, Mateo se ponía tenso y hostil.

Si fuera capaz de escuchar explicaciones, no habría dado media vuelta y marchado.

—Nicolás, muchas gracias por lo de recién.

Sin importar qué, la aparición de Nicolás la había ayudado a resolver el problema.

Nicolás sonrió amablemente: —No fue nada.

Cuando Nicolás estaba a punto de añadir algo más, Lucía se adelantó: —Vuelvo al reservado. Cuando tenga tiempo, te invitaré a comer.

—Mañana por la tarde estoy libre.

Aunque Lucía lo había dicho como una cortesía, él lo tomó en serio.

Lucía se sorprendió un momento, pero asintió: —Entonces mañana te enviaré la dirección.

—Bien entonces.

Nicolás sonrió mientras veía a Lucía alejarse.

*

Aunque Mateo se había dado la vuelta con Tania siguiéndolo, no entró con ella al espectáculo de fuegos artificiales.

Se detuvo y estableció distancia entre ellos: —Señorita Cruz, no tengo interés en vo
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