Después de un gran abrazo, ella dijo: -Tengo tanto para contarte. Solo, no me juzgues.
-Jamás lo haría, pero sí quiero que, me aclares algo.
-Sé que sabes lo que hice… pero ya me siento preparada para decírtelo.
- ¿Antes no? ¿Por eso no habías vuelto?
-Sí, antes sentía vergüenza, pero ahora me siento feliz.
-Cuéntame, prometo entenderte.
-Lo sé. Lo que pasa es que a veces creemos que, las personas nos trataran como los tratamos.
-Sí, pero no todos pagamos con las monedas que sobran después de haber cambiado un billete.
- ¡Ja, ja, ja! Tienes razón. –Afirmó. –Hay personas como tú que, no les gusta buscar venganza.
-Recibimos de nuestras cosechas y no quiero cosechar dolores.
Su semblante se opacó y al cabo de unos segundos dijo: - ¿Sabes por qu&eacu
La miré y mis ojos estaban inundados. –No te preocupes.-Pensé que habías traicionado mi amistad. Recordé todo lo que me habías contado sobre Daniel y descubrir que, ese hombre era mi esposo, me hizo sentir tan poca cosa ¡Me hizo sentir utilizada! ¡Te juzgué sin dejarte defender!-Tifani ¡Lo siento tanto! Nunca quise que vivieras ese dolor.-No importa, gracias a Dios, he logrado superarlo y hacerme fuerte. Además, no estoy sola… Ángel siempre ha estado junto a mí.-De no haber sido por esto, no te habrías dado la oportunidad de fijarte en alguien más.-Así es. También quiero que sepas que, no te culpo. Tú también fuiste víctima de sus garras, a ti también te lastimó y como dicen por ahí “quien lleva armas está dispuesto a utilizarlas” y él utilizó todas
Tifani había fortalecido su autoestima gracias a todas las terapias motivacionales que recibía y a las charlas que escuchaba en la iglesia cada vez que asistía junto a Ángel.-Sí, he mejorado mucho. Nunca me había sentido tan fuerte a como lo soy ahora.-Qué bueno saberlo porque no estás sola. -Dije. –Pero dime ¿Qué hizo Ángel para evitar que, el azar le ganara? O mejor dicho ¿Cómo Dios lo evitó?-Su hermana siempre le insistía en aferrarse a Dios. Le dijo que no podía obligarlo a superar su dolor ni a tener motivos para vivir; sin embargo, le recordaba que, su madre ya no estaba para ellos, pero ella si estaba para él y Dios los sostenía. Gracias al libre albedrío él podía elegir qué camino tomar y ella lo iba a dejar, confiando en que tomaría la mejor decisión y si en el peor
Fueron días tranquilos, acompañados de palomitas, gaseosa, helados y muchas sonrisas al lado de quienes estuvieron junto a mí en el trayecto de desolación que pase; pero, faltaba alguien: Ryan ¡El Ryan especial que conocía! Mi única esperanza era que, él algún día regresara por sí mismo y escuchara los latidos de mi corazón que clamaban por su amor; me quebraba el alma saber que, de vez en cuando estaba con otras mujeres, pero no podía obligarlo a estar a mi lado, si yo no estaba preparada para entregarle el amor que, él merecía.Ningún amor es igual, todos nos dejan un recuerdo, muchos recuerdos o simples momentos que se guardan en nuestra memoria, pero jamás ninguno es igual a otro y en mi caso a pesar que mi primer amor se convirtió en la luz de mis ojos, con él no era con quien había aprendido a amar. El verdadero amor lo
Perdonar no es sinónimo de debilidad y tampoco significa regresar junto a esa persona, porque no existe una cláusula de permanencia que te obligue a estar a su lado; perdonar es aceptar que tu umbral es la felicidad.Si quien te ha perdido tardó en reparar sus errores, no te permitas sucumbir ante su arrepentimiento, porque este se escribe en la misma línea del perder. Regresar con quien tanto daño te hizo es atentar contra tu autoestima y dignidad ¡Valórate y aprende de las experiencias! No te condenes a repetir la historia, una y otra vez.“Perdona, olvida, aprende la lección y sigue adelante”James A. Murphy.Después de una larga meditación, supimos que necesitábamos hacer partícipe de nuestro plan a Tifani; lo mejor era no ocultarle la verdad y prepararl
Minutos después, habíamos preparado los dos sitios: Cena romántica, flores, velas, globos con nuestros nombres y un te amo; porque, la idea era hacerle pensar que, aun veía por sus ojos para que no desconfiara y así poder hacerle beber de su propia medicina.La playa y el hotel eran cercanos, por tanto, Tifani se quedó en un punto medio, desde una óptica donde pudiera divisar todo el panorama y Luna repasaba junto a su equipo de grabación todo lo que haríamos.Fui a casa para alistarme y al verme salir tan sigilosa, mi madre sospechó que algo estaba planeando. - ¿A dónde vas? ¿A dónde vas tan bonita? ¿No te vas a despedir?-Iré a cenar con mis hermanas. No te vi…- ¿No me viste? Siempre estoy aquí en la mecedora a esta hora.- Estoy un poco distraída.- ¿Segura? ¿Por qué no me coment
Él era el hombre al que había amado con todas las fuerzas de mi corazón y seguía haciéndome sentir esas mariposas en el estómago, esa sensación de quinceañera enamorada. Mis piernas empezaron a temblar cuando el acarició mi barbilla y al perder el equilibrio, me tomó entre sus brazos.-Nunca te dejaría caer. –Dijo.-Nunca me sueltes. –Supliqué.Si todos merecemos una segunda oportunidad ¿Por qué no dársela? ¿Por qué no dejar qué esta vez sí me amara? Deseé tanto que nada de lo que pasó hubiese sucedido y solo quería recordarlo como ese chico del que me enamoré aquella mañana cuando lo salvé de ahogarse, ese chico que con cada gesto logró conquistarme, ese chico que con su forma tan perfecta de tratarme me hacía feliz.Él se
Tifani chasqueo sus dedos, trayendo de vuelta a la realidad a mi hermana. –Luna, ¡concéntrate!-Tienes razón, ¡lo siento!- ¿A qué te ha flechado el guapísimo ese? –Dijo Tifani, con una sonrisa pícara.-Bueno, no es momento para hablar de eso. –Sus mejillas estaban rosaditas.Luna miró nuevamente al chico y le dijo: -Ya escuchaste ¡En lo que necesite! y ya sabes lo que necesito. Deberías colaborarme sin chistar, te he salvado; parece que no te va de maravillas aquí.-Las reglas se aplican por conveniencia. –Dijo nervioso. –Su nombre es Ismael Solórzano.-Lo importante es que se logra obtener lo que se necesita ¿No crees?-Mientras su conveniencia no me perjudique a mí, no tengo problema.-Cuidado chico, deberías cuidar tus palabras, no vaya a ser que le diga a Gabriel que no me
Nuestras miradas sostenidas la una en la otra y mientras no sé qué pasaba por su mente, por la mía solo corrían aquellas veces en que me hizo derramar tantas lagrimas hasta sentir que me deshidrataba ¿Qué lo hizo buscarme? ¿Qué le daba el derecho de pensar que lo seguía amando? Él fue el único culpable del tiempo que desperdiciamos, porque jamás valoró todo el amor sincero que le entregaba y se había hecho tarde para reclamar el amor del que alguna vez fue dueño. Allí estábamos nuevamente, pero ahora, aunque físicamente nos abrazábamos, mi alma ya no la llenaba, mi alma ahora pertenecía a Ryan.-Yo también te amo, Daniel. -Contesté.-Prefiero que, me digas Ismael. Ya no hay nada ocultó entre nosotros y quiero empezar de cero.Asentí. –Está bien, Ismael. –Sonre&iacu