Minutos después, habíamos preparado los dos sitios: Cena romántica, flores, velas, globos con nuestros nombres y un te amo; porque, la idea era hacerle pensar que, aun veía por sus ojos para que no desconfiara y así poder hacerle beber de su propia medicina.
La playa y el hotel eran cercanos, por tanto, Tifani se quedó en un punto medio, desde una óptica donde pudiera divisar todo el panorama y Luna repasaba junto a su equipo de grabación todo lo que haríamos.
Fui a casa para alistarme y al verme salir tan sigilosa, mi madre sospechó que algo estaba planeando. - ¿A dónde vas? ¿A dónde vas tan bonita? ¿No te vas a despedir?
-Iré a cenar con mis hermanas. No te vi…
- ¿No me viste? Siempre estoy aquí en la mecedora a esta hora.
- Estoy un poco distraída.
- ¿Segura? ¿Por qué no me coment
Él era el hombre al que había amado con todas las fuerzas de mi corazón y seguía haciéndome sentir esas mariposas en el estómago, esa sensación de quinceañera enamorada. Mis piernas empezaron a temblar cuando el acarició mi barbilla y al perder el equilibrio, me tomó entre sus brazos.-Nunca te dejaría caer. –Dijo.-Nunca me sueltes. –Supliqué.Si todos merecemos una segunda oportunidad ¿Por qué no dársela? ¿Por qué no dejar qué esta vez sí me amara? Deseé tanto que nada de lo que pasó hubiese sucedido y solo quería recordarlo como ese chico del que me enamoré aquella mañana cuando lo salvé de ahogarse, ese chico que con cada gesto logró conquistarme, ese chico que con su forma tan perfecta de tratarme me hacía feliz.Él se
Tifani chasqueo sus dedos, trayendo de vuelta a la realidad a mi hermana. –Luna, ¡concéntrate!-Tienes razón, ¡lo siento!- ¿A qué te ha flechado el guapísimo ese? –Dijo Tifani, con una sonrisa pícara.-Bueno, no es momento para hablar de eso. –Sus mejillas estaban rosaditas.Luna miró nuevamente al chico y le dijo: -Ya escuchaste ¡En lo que necesite! y ya sabes lo que necesito. Deberías colaborarme sin chistar, te he salvado; parece que no te va de maravillas aquí.-Las reglas se aplican por conveniencia. –Dijo nervioso. –Su nombre es Ismael Solórzano.-Lo importante es que se logra obtener lo que se necesita ¿No crees?-Mientras su conveniencia no me perjudique a mí, no tengo problema.-Cuidado chico, deberías cuidar tus palabras, no vaya a ser que le diga a Gabriel que no me
Nuestras miradas sostenidas la una en la otra y mientras no sé qué pasaba por su mente, por la mía solo corrían aquellas veces en que me hizo derramar tantas lagrimas hasta sentir que me deshidrataba ¿Qué lo hizo buscarme? ¿Qué le daba el derecho de pensar que lo seguía amando? Él fue el único culpable del tiempo que desperdiciamos, porque jamás valoró todo el amor sincero que le entregaba y se había hecho tarde para reclamar el amor del que alguna vez fue dueño. Allí estábamos nuevamente, pero ahora, aunque físicamente nos abrazábamos, mi alma ya no la llenaba, mi alma ahora pertenecía a Ryan.-Yo también te amo, Daniel. -Contesté.-Prefiero que, me digas Ismael. Ya no hay nada ocultó entre nosotros y quiero empezar de cero.Asentí. –Está bien, Ismael. –Sonre&iacu
Minutos después, él siguió hablando. -Ella enterró el vidrio dos veces más en su estómago y finalmente se cortó las venas.-Lamento mucho que tu hijo haya tenido que sufrir las consecuencias.-El único culpable fui yo, que nunca he sabido hacer bien las cosas ¡Nunca valoré el amor de las mujeres que me han amado! Y tampoco supe escoger quién estaría junto a mí el resto de mis días. Solo yo soy responsable de haber condenado a mi hijo a la desgracia.- ¡No te culpes, Ismael! ¡Tienes que ser fuerte!-La vida me dio la oportunidad de tener una familia perfecta, pero no lo valoré, después te conocí y tampoco te valoré. Nadie me mando a ser tan mal hombre… Ya era hora que pagara ¿No crees?-Lamento todo esto. –Dije, colocando mis manos en mi corazón.-No importa… Ya no se puede
Cuando las sombras del dolor nos persiguen, queremos hacer sentir lo mismo o incluso más de lo que estamos sintiendo, pero no hagas justicia propia, ¡espera! porque no hay peor castigo que caer en manos del dueño de todo lo que nos rodea para que, sea Él quien se encargue de hacerlo. Ama a tus enemigos, a todo aquel que te ha lastimado y perdona tantas veces debas hacerlo y así nada oscurecerá tu ser; ten compasión de quién te ha causado heridas porque si esa persona no reconoce sus errores que ¡Dios se apiade! Y tú, busca siempre ser bendición para los que te rodean. Deja todo en manos del cielo y veras que, los planes de él siempre serán mejores.“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”
Al ver que Tifani no contestaba, sino que se echó en el suelo, Luna empezó a golpear la puerta y a gritar mi nombre desesperadamente. Al intentar hablar para contestarle, Ismael me amenazó y dijo que, si contestaba ¡Todos moriríamos!¿En que estaba metida? ¿Hasta dónde me iba a llevar mi estúpido juego de venganza? Jamás había intentado tomar la justicia por mis manos y al querer hacerlo, ¡todo me había salido mal! ¿Saben por qué? Porque mi naturaleza no es herir a los demás, mi naturaleza es esperar que, la vida se encargué de poner a cada quien en su lugar y cuando alguien camina por los senderos del Señor y de repente intenta apartarse, Dios te devuelve al camino por el que algún día estuviste, aunque duela regresar a él, pero jamás ¡Te dejará apartarte de su lado!Sentí tanto miedo y solo rogaba
Al llegar al hospital, me hicieron el respectivo proceso de revisión y mientras estaba en observación, en la sala de espera llegaron las personas más cercanas a mí.-Pero ¿Qué fue lo que sucedió aquí? ¡Como qué Sara está en observación por Ismael! ¡Explíquenme porque ella me dijo que estaría con ustedes! –Dijo mi madre, señalando a las chicas.- ¡Cálmate, Sara! Podemos explicarte, pero cálmate. –Dijo Luna.- ¡Entonces explícame que es todo esto porque jamás pensé que, Sara terminaría aquí esta noche! ¡Debí hacer caso a lo qué mi corazón de madre dictaba!Las chicas pusieron a mi madre al tanto y ella entre sollozos se acercó a Ryan para abrazarlo. Mientras lloraba en su hombro, Ryan acariciaba dulcemente su c
Él enmudeció y tras un silencio corto, pero que pareció eterno, dije: -No lo eres, si lo fueras me habrías dicho que tú también estás enamorado de ella y si no lo haces es porque ella a pesar de su amor, no es la persona que te hace sentir maripositas en el estómago.-Sara, soy feliz; por favor, no me llames para decirme que, después de todo este tiempo, sientes algo por mí, porque entonces ¡Eres una egoísta! Ahora que ves que tengo a alguien que me da lo que tú no me das, ¡quieres quitármelo! ¡Y no te voy a dejar! ¡Quiero ser feliz!-Ryan, ¡yo quiero hacerte feliz! Y tienes razón, quizá soy egoísta porque estoy pidiéndote que dejes a esa persona, pero si tú me dices que ella te hace feliz ¡Yo me alejó!-Es que yo no te estoy pidiendo que te alejes, te estoy diciendo que me dejes ser feliz con el