CAPÍTULO 30

—¡¿Dónde conseguiste eso maldito?!— Mauricio agarra a Julián de los brazos y lo levanta.

— Ella me lo dió, el coche se volco porque estábamos haciendo el amor y no supimos nivelar nuestra pasión — Julian empieza a reír a carcajadas, sabe que tiene el control de la situación y eso le encanta.

Mauricio lo deja caer en la silla

— No te vuelvas a acercar a Susan porque voy a olvidar que eres mi hijastro, que le hice una promesa de cuidarte a tu madre y soy capaz de matarte.

Julián sonríe, parece que las amenazas de Mauricio son una burla para el.

— Pregúntale a Nyle, se que no le creerás porque es mi amigo, pero por lo menos te dejará una duda, Susan no es la loba perfecta e inocente, tu conoces la cara del Angelical yo la demoniaca.

Mauricio sale de la habitación, se da golpes en la cabeza para evitar que el veneno de Julián entre en su corazón, pero es demasiado tarde, la duda y la desconfianza crecen de inmediato.

¿Y si ella esa noche buscaba con quién pasar el rato? Eso ca