Necesitaba hablar con ella, decirle que estaría esperándola hasta que estuviera lista para aceptarme como algo más, que sería su amigo hasta entonces. En eso es en lo único que pensaba cuando llamé al timbre de su casa. Incluso estaba pensando en olvidar lo que sabía sobre Diego y ella, si era necesario, haría todo lo que fuese para no perderla. Pero lo cierto es, que cuando mi amigo abrió la puerta y los observé tan tensos, el uno con el otro, lo supe: él había vuelto a forzarla.
Todos aquellos recuerdos vinieron a mi mente en ese justo instante, incluso los mensajes de aquel hijo de puta y el vídeo.
Me considero una persona demasiado calmada cuando tengo que serlo, pero con ella … simplemente no podía quedarme quieto después de presenciar aquella escena, no podía simplemente mirar hacia otro lado.
Y fue en ese ju
Salí de la universidad, pensando en el día anterior, en lo que había sucedido entre mi hermano, Mateo y yo. Todo había acabado entre él y yo, ya ni siquiera podíamos ser amigos, pues mi hermano me había echo comprender algo que me empeñaba en ignorar: él no merecía a alguien como yo, él merecía ser feliz, y yo no podía simplemente quedarme a su lado, no sabiendo aquello.Debía haber algo realmente horrible en mí, por eso mi verdadero padre se marchó cuando era niña, porque sabía en lo que me convertiría después.Aún podía recordarle, discutiendo con mi madre, en la cocina, era el único recuerdo que aún tenía de él, sobre lo arrepentido que estaba de tenerme. A menudo solía escucharlos hablar de mí, y él siempre decía lo mismo “Si Calipso n
MATEO.Aún no podía creerme que aquello fuese cierto, que al fin me había acostado con ella, que estaba en la ducha con ella, mientras me besaba, con desesperación, mientras yo la penetraba duro y suave, haciéndola estremecer, cada vez que la apretaba contra la pared, sintiendo mi pene dentro de ella, hasta el fondo.Gemí sobre su boca, desesperado, tan pronto como sentí como ella me clavaba las uñas en la espalda, obligándome a que la apretase con más fuerza.Se retorció entre mis brazos, tan pronto como la agarré del pecho izquierdo y tiré de él hacia abajo.Me miró un segundo, antes de echar la cabeza hacia atrás, separándose de mis labios, gimiendo como una loca, llegando al clímax, logrando que lo hiciese con ella. Grité tan fuerte cuando lo hice, descargando dentro de ella, que casi me qu
Aquel día, en la casa de sus abuelos fue como un verdadero sueño para ambos, pues no dejamos de hacer el amor en todo el día, y al llegar la noche, volvimos al pueblo, cenamos algo en el KFC y luego me llevó a su casa.¿Por qué no estamos en mi casa? – Pregunté, observándole bajar de la moto, mientras yo me quitaba el casco – creí que …No vas a volver allí – aseguró, bastante serio, mientras yo seguía sus pasos, pisando suelo firme – quédate conmigo esta noche.Sonreí como una idiota al escuchar aquello y agarré la mano que él me cedía, para luego caminar con él hacia la casa.Subimos hacia su habitación y luego lo escuché maldecir al coger el teléfono.Tengo que ir al taller – me dijo, logrand
Acababa de llegar al hospital, en taxi, tras recorrer cada rincón de este, encontré a Diego, Marina, Mario, Annie y el señor Gil con el rostro desencajado, en la sala de la UCI mientras Annie fijaba su vista en mí, y sus lágrimas salían.Negué con la cabeza, incapaz de creer que aquello fuese cierto, pero al mirar al rostro del resto de los presentes lo comprendí.Lo siento – comenzó Annie, mientras yo negaba con la cabeza, una y otra vez, sintiendo como algo se desgarraba dentro de mí y mis lágrimas salían, a borbotones – los médicos no han podido hacer nada.Noh – grité, en medio de aquel caos, mientras mi hermano me cogía de la mano, intentando reconfortarme - ¡Noh! – volví a gritar, mirando hacia los presentes, que bajaban la mirada, aterrados por aquella terrible noticia
Mateo había tenido una recuperación milagrosa, o eso aseguraban los médicos, pues en tan sólo tres días ya estaba casi totalmente recuperado. Había pasado de estar medio moribundo, a las puertas de la muerte, a estar sano como una rosa, apunto de salir del hospital. Y sabía perfectamente que mi hermana había tenido algo que ver en ello. No entendía cómo, pero sabía que ella …Me había portado fatal con él, y sólo en aquel momento, cuando había estado a punto de perderle, era que me daba cuenta de lo valioso que era para mí mi mejor amigo.Veía la televisión, la carrera GP, mientras pensaba en ello, en la habitación, junto a él.Me desagradaba terriblemente la idea de que hubiese algo entre ellos, no porque quisiese seguir acostándome con ella, aquello ya había quedado en el olvido tan pront
Estaba en el parque que había junto al hotel en el que mamá y yo nos quedábamos, pues a pesar de que Javier había insistido en que nos quedásemos con ellos, yo había declinado la oferta. Sabía lo complicado que era para mamá estar allí, en la misma casa que Javier y su esposa, y ella no merecía eso. No después de saber lo mucho que ella aún le amaba. En cuanto menos te lo esperes aparecerá frente a ti, y todo esto no será más que una pesadilla – me calmaba mi madre, dándome ánimos, dedicándome una enorme sonrisa, para luego volver la vista hacia el otro lado de la calle – justo ahora – aceptó, haciendo que levantase la cabeza para mirarla, volviendo luego la vista hacia el punto al que ella mirada. Teo estaba allí, mirándome, dudando entre si acercarse o no hacerlo – ve con él – me animó, dándome el empujón que necesitaba para hacerlo. Me puse en pie de un salto y caminé hacia él, para luego abrazarle, sin previo aviso, pero era lo que
MATEO.Ni siquiera sabía si éramos novios, si nos estábamos conociendo, o si simplemente seguíamos siendo amigos, pero lo que si estaba claro es que la quería y ella me quería a mí, y en aquel momento, eso era lo único que me bastaba.Llevábamos dos días así, escondiéndonos de mi mejor amigo, para que no se enterara de lo que había entre nosotros y aquello estaba resultándome bastante difícil, así que aquel día no tenía ni idea de que era lo que iba a decirle ahora que había venido a buscarme para ir a tomar algo al bar de tito.Llevas días evitándome – se quejó, cuando le dije que me iba a ser imposible quedar porque estaba liado - ¿qué? ¿Crees que no me doy cuenta de las cosas? Sigues quedando con Cali aunque te pedí que no lo hicieras, de
CALIPSO.Desperté sobre su cama, y le miré anonada durante un buen rato, recordando nuestros besos de la noche anterior. No había pasado nada sexual entre nosotros, sólo un par de besos inocentes, y me encantaba que las cosas fueran así entre nosotros, no había sólo sexo entre nosotros.Vas a desgastarme de tanto mirarme – bromeó, haciéndome reír a carcajadas. Me encantaba cuando estábamos así – creo que puedo acostumbrarme a esto – aseguró, acercando su rostro un poco, para besarme dulcemente.Y ahora es cuando despierto y me doy cuenta de que todo ha sido un sueño – aseguré, haciéndole reír.¿te das cuenta de lo que esto significa, Cali? – preguntó, un poco más serio, haciendo que ladease la cabez