BRANDONCuando veo a Megan marcharse, sé que las cosas andan mal, Elizabeth me pidió que habláramos, le seguí el juego pero luego ella exageró al pedirme que la follara. La rechacé y es por ello que salimos, luego me encontré con Megan y ahora ella seguro piensa que soy un capullo. —¿Tan rápido y se enojó? —bufa Lisa a mis espaldas—. No aguanta nada. La miro por encima del hombro y decido que ignorarla es lo mejor para los dos. Sin decirle nada, comienzo a caminar en dirección a mi auto, estoy seguro de que va para la casa, seguro a hacer las maletas, últimamente tiene una manía por querer escapar. —¡Brandon! —grita Lisa a mis espaldas. No me detengo, es ella quien tiene la osadía de tirar de mi brazo. —No hemos terminado de hablar. —A mí me parece que sí. —Soy tu esposa —replica.Esa maldita palabra termina por ponerme de mal humor, ¿de verdad se cree esa maldita mentira? —Nos vamos a divorciar —me suelto de ella—. Es un hecho. Sus ojos se crispan. —¿Tanto la amas? —levant
MEGANEl miedo me vuelve a invadir al observar cómo los paramédicos hacen todo lo posible por ayudar a mi primo Gabriel, Lena no aparece por ningún lado, escuché claramente lo que él dijo antes de desvanecerse por completo, tal vez no crecí con él, pero siento que ya lo quiero demasiado como para dejar que le hagan daño. Es mi sangre, mi familia, por lo que me siento en la necesidad de ayudar, cueste lo que me cueste, mientras Lena siga en el poder, nosotros estamos en peligro, primero fue Gabriel, ¿quién sigue? Brandon o yo.—Iré con él, quédate aquí —me dice Brandon rápidamente. —No, iré con ustedes —niego y es mi última palabra. No parece estar contento con mi decisión, pero no puede hacer nada al respecto, aún hay muchas cosas de las cuales hablar, pero eso queda en un segundo plano, ahora lo más importante es que Gabriel esté bien. —Dicen que al parecer fueron los frenos —murmuro dentro de la ambulancia. —No, fue Lena, sabes, creí que toda su furia iba a recaer sobre mí, des
BRANDONAlgo me oculta, lo puedo sentir, si algo me enseñó Alejandro Lewis, es a saber oler la mentira de la verdad, y en estos momentos ella miente, casi estoy seguro de que me oculta algo. Se pone nerviosa y su pecho sube y baja debido al disparo de adrenalina. —Te hice una pregunta —inquieto de nuevo. Sella sus labios y solo pienso en follarla. —Con nadie, intentaba llamar a Magali de recursos humanos, se me ha olvidado mencionar que el abuelo quería que me quedara trabajando a mi regreso. Una mentira más. Lo sé, pero no se lo demuestro. —Entiendo —asiento lentamente—. No es necesario que te preocupes por eso, ya habrá tiempo, ahora lo importante es trazar un plan para que te cases con Morgan. Esto último me quema, porque la sola idea de perderla aunque sea de una manera planeada, me da náuseas. Noto que su cuerpo se tensa un poco y luego se aligera, en sus ojos ya no está el brillo con el que suele mirarme, sino la duda y la incertidumbre. Es como si temiera estar a mi lad
MEGANMamá solía decir que no todos los que dicen ser buenos, lo son, le creo, ahora mismo lo sé, porque sé del sufrimiento que padece Brandon, y sé que no es el bueno de la historia, ahora mismo no lo parece, ya que se abalanza hacia Morgan, quien no hace nada por detener el puñetazo que le pega en la mejilla. —¡No te acerques más! —brama con ojos inyectados en sangre. Morgan no dice nada, solo se limpia la sangre que brota de una de las comisuras de su labio inferior. —Brandon —hablo, no me presta atención. Morgan cruza una breve mirada conmigo, luego se da la media vuelta y se marcha, estoy segura de que me mandará algún mensaje de texto más tarde. —No puedes haces esto. —¿Hacer qué? Le reto con la mirada. —Esto, actuar como un cavernícola —apunto—. Ustedes estaban de acuerdo con que me casara con Morgan, solo vine a dejarle las cosas claras. Su gesto se relaja. —Debes aprender a confiar en mí, sino, nunca podremos estar bien —finalizo.Brandon no hace nada por moverse,
MEGANTodo mi cuerpo está adolorido, es como si me hubieran aplastado con toneladas de concreto, poco a poco abro los ojos y mientras lo hago, los recuerdos de lo sucedido anoche, vuelven a mí. Es entonces que las alarmas se disparan en mi sistema y me obligo a despertar. Abro los ojos y lo primero que me encuentro es una habitación estilo minimalista, la cama es cómoda, borra eso, todo hace que el ambiente sea demasiado masculino y sofisticado. Me incorporo lentamente hasta que logro ponerme de pie, mi equilibrio no es el mejor, y eso se nota cuando doy el primer paso, me tambaleo un poco hasta que logro seguir adelante. Voy al espejo que resulta ser de tamaño natural, sigo con la misma ropa, no estoy atada, mucho menos amordazada, me asomo por la ventana, es de noche y al parecer me encuentro en dentro de algún departamento. Trago grueso, el sonido de la puerta al abrirse llama mi atención, me giro y casi me caigo de bruces cuando me doy cuenta de que se trata de Lena, acompañada
MEGANSi antes creía que todo estaba perdido, ahora pienso que nunca tuve algo realmente. Brandon está en la estancia principal, hablando con Gabriel, Morgan solo se fue para darnos espacio, por un solo segundo temí que se le fuera a los golpes a Morgan, no lo hizo, solo se quedó callado, primero me miraba con ojos asesinos, luego vacíos, me pregunto qué pasaría si yo estuviera en su lugar, en definitiva, no espero que me perdone, porque esto no tiene disculpas ni excusas. Pude haber luchado más, no lo hice, porque no detuve a Morgan. Termino de ducharme y de vestirme, cuando abro la puerta y alcanzo a escuchar un poco de la conversación de Gabriel y Brandon. —Tranquilo, hermano, debe haber una buena explicación —Gabriel le da una palmada en la espalda. —La única explicación es que ese hijo de puta ha conseguido lo que quería —dice Brandon en un tono tan oscuro, que la piel se me eriza. —Primero tienes que escuchar lo que ella tiene que decirte, antes de que saques tus propias co
BRANDONEl cuerpo me arde, los pensamientos me nublan, mientras permanezco bajo el agua, las imágenes de ella, estando al lado de Morgan, me hacen rabiar, ella fue de él, se le entregó, y ahora, solo existe el deseo de matarlo a él, por tocar lo que es mío. Para cuando salgo del baño, Elizabeth está sobre la cama, desnuda, recuerdo haberla follado por tres días enteros, me he mantenido a raya con respecto a Megan, siempre que tengo la mala suerte de encontrarme con ella en el camino, solo la esquivo, ella no se rinde, ¿para qué quiere que hablemos? Solo para que me restriegue en la cara cómo le abrió las piernas a Morgan. Tenso el cuerpo, es algo que no puedo evitar. —Parece que alguien anda de mal humor. Levanto la mirada y me encuentro con la de Elizabeth. —¿Aún quieres firmar los papeles del divorcio? —dice con ironía mientras se ve el esmalte de uñas rojas de sus manos—. Escuché que tu amada, Megan Lewis, se va a casar con Morgan. Rechino los molares. —No te preocupes, si
MEGANTodo parece congelarse en un instante, siento que el aire se me corta, quisiera decir que me encuentro en la mejor posición como para evitar una pelea entre dos socios de la empresa, enemigos y quienes ahora se miran con un odio tan palpable, que me eriza la piel, pero no, soy el motivo. Brandon se limpia la poca sangre que le ha salido de una de las comisuras de sus labios, al tiempo que Morgan, para mi sorpresa, merma el espacio que nos separa. —¿Te encuentras bien? —me pregunta con preocupación. Asiento lento. —Sí, no es nada… —Largo, Morgan, no tienes nada que hacer aquí —brama Brandon, apretando los puños como si se estuviera preparando para un nuevo golpe—. Esta es propiedad privada, si nadie te ha invitado, no tienes derecho alguno de estar aquí. Morgan se cruza de brazos, haciéndolo parecer una persona a la que no le afecta nada de lo que diga Brandon. —Vine por petición de Megan —responde lentamente. Brandon se crispa aún más, lo cierto es que en estos días en lo