Entonces Alfredo se acercó y tomo la mano de Dulce.

—No digas eso, no morirás, te pondrás bien, se fuerte —añadió Alfredo tocando su frente y se dio cuenta que estaba con calentura.

—Alfredo, no puedo más —dijo Dulce sudando e hirviendo en temperatura.

—Se fuerte por mí, aquí estoy, te recuperaras —dijo Alfredo optimista.

Los ojos de Dulce se cerraron, las gemelas entraron a la habitación y cerraron la puerta.

—Papá hay una ardilla en la sala, tengo miedo, hay que sacarla —dijeron las gemelas.

Jeff bajo rápido con Rosa las gradas de la mansión y voltio a ver a Rosa.

—Encárgate de la ardilla sácala, yo iré por Dulce pediré que la ingresen urgente al hospital cuando el doctor venga.

—Lo hare y tambien le avisare cuando el doctor este aquí —dijo Rosa.

—Ya bajare no te preocupes —dijo Jeff afligido.

Jeff volvió a la habitación donde se encontraba Dulce muy mal en cama, Jeff se acercó su padre no sabía que hacer, pero lo tamo en brazos para ponerla en el sillón de la mansión, antes de que