Capítulo 84
Joana estaba furiosa, masticando su ira, cuando de repente, como si algo le hubiera venido a la mente, soltó una carcajada fría: —En fin, ¿por qué discutir contigo estas tonterías? Mira.

Se giró y tomó la caja de terciopelo que estaba sobre la mesa, abriéndola.

Un anillo de diamantes rosa, grande y raro, apareció frente a Fabiola.

Su mente estalló en un estampido.

Aún sin reaccionar, vio cómo Joana se probaba el gran anillo de diamante rosa en su dedo índice: —Es especial para mí, ¿no es hermoso?

El anillo reflejaba la luz bajo el cálido resplandor amarillo, lastimando los ojos de Fabiola y apuñalando su corazón.

Ella se llevó la mano al pecho: —¡Eres tú!

La mujer con la que Benedicto estaba afuera... ¡era Joana!

—Por supuesto que soy yo —dijo Joana, malinterpretando completamente el comentario de Fabiola y con una sonrisa orgullosa. —¿Podrías ser tú acaso? Deja de soñar, mírate a ti misma, ¿crees que eres digna de él?

Los ojos de Fabiola comenzaron a llenarse de lágrimas, parpadeó y m
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