Capítulo 415
Fabiola abrazó la cintura de Patricia y frotó su cuello contra ella: —Menos mal que estás tú, Patricia.

Las hermanas conversaron un rato más antes de sumirse en un profundo sueño.

Mientras tanto, a solo una pared de distancia, Pablo no podía conciliar el sueño, su mente invadida por la imagen distraída de Fabiola.

Por alguna razón, aunque Fabiola no había dicho la causa de su preocupación, su intuición le decía que debía estar relacionada con su marido.

¡La idea de ese hombre lo llenaba de celos y le impedía dormir!

¡Tenía la mayor bendición de este mundo y no sabía apreciarla!

...

En Listenbourg.

En la casa de la familia Herrera.

Leonora bajaba la voz: —¿Cómo que no los encuentran? ¿Cómo pueden desaparecer tres personas así como así?

El mayordomo también hablaba en voz baja: —Señora, hemos enviado a todas las personas que podíamos, pero no los encontramos. ¿Podría haber un error en la información de su lado?

Leonora no pudo evitar elevar la voz: —¿Cómo podría haber un error? Esos tres
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