Capítulo 418
En el momento en que el puño de Benedicto golpeó la cara de Pablo, Fabiola acababa de entrar al vestíbulo del hotel.

Por eso, vio claramente cómo Benedicto lanzó el puño y cómo Pablo cayó al suelo, abrumado.

La ira la impulsó a correr hacia Pablo y se puso delante de Benedicto.

—¡Benedicto, qué estás haciendo?!

Frente a la repentina aparición de Fabiola, Benedicto se calmó por un momento, pero al darse cuenta de que Fabiola estaba protegiendo a Pablo, cualquier atisbo de racionalidad se desvaneció.

Apretó los puños con tanta fuerza que las uñas se le clavaron en la piel: —¿Lo estás protegiendo?

—Es mi amigo, ¿por qué lo lastimas? —Fabiola lo enfrentó con enojo.

¡Esto era demasiado!

¿No era suficiente con que Benedicto la lastimara a ella, también tenía que ir tras sus amigos?

Benedicto, con los dientes apretados, preguntó de nuevo: —¿Lo estás protegiendo?

Fabiola no entendía su obsesión, pero más que responder a esa pregunta, quería que Benedicto se disculpara con Pablo: —Has golpeado
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