Capítulo 299
Benedicto llevó a Fabiola, que estaba a punto de dormirse, de vuelta a la villa. Después de bañarla y cambiarla de ropa, la arropó cuidadosamente antes de dirigirse a su estudio y encender el ordenador.

La luz azul iluminaba su rostro mientras miraba intensamente la información sobre Vargas que había conseguido Mario. Tras un momento, hizo clic en el teclado.

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, Mario también tecleaba en su ordenador, echando un vistazo a Pablo, que bebía solo detrás de él.

—Oye, ¿no dijiste que ibas a invitarme a beber? Parece que te compraste la bebida solo para ti.

Pablo no respondió, solo siguió bebiendo en silencio.

Mario dejó el ratón, dejando que el ordenador trabajara solo.

Y se sentó al lado de Pablo. —¿Qué pasa? ¿La chica no te interesó?

Sabía que la familia de Pablo había arreglado una cita a ciegas para él.

Pablo bebió en silencio antes de responder: —Vi a Fabiola.

Mario dejó escapar una exclamación y hizo un gesto de comprensión.

Pablo continuó: —Es
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