Un sábado por la mañana, los ojos de Gabriela se abrieron al ver sus cortinas parcialmente abiertas. Luego notó que los fuertes brazos de un hombre estaban alrededor de su cintura, y apenas miró para atrás, él la atrajo más cerca para abrazarla más fuerte. Al instante supo quién era. "¿Kyle?", preguntó ella en un tono bajo. "Mm", fue la única respuesta de Kyle. Respiró hondo y se acurrucó aún más sobre la cabeza de Gabriela. "¿Cuándo llegaste?", preguntó ella, girando su cuerpo para mirarlo y envolviendo sus brazos alrededor del cuello del hombre. Kyle aún tenía los ojos cerrados, pero logró bajar la cabeza y le dio a Gabriela un beso en la frente antes de responder: "Buenos días, hermosa". Otro suspiro de cansancio salió de sus labios antes de decir: "Después de las dos de la mañana. Duermes como un bebé. Ni siquiera te diste cuando me dormí a tu lado". Habían pasado pocos días, pero Gabriela estaba empezando a sentirse cómoda con el toque de Kyle y sus emocionantes beso
Después de cuatro horas en el spa del Hotel el Segundo Diamante, Gabriela finalmente salió del vestidor con un impresionante vestido de cóctel color rojo rubí y un bolso negro en la mano. Con solo un tirante sosteniéndolo por detrás de su cuello, los delgados hombros y brazos de Gabriela estaban a la vista para el disfrute de todos. El vestido le hacía forma a la parte de arriba de su cuerpo y fluía libremente, siete centímetros por encima de la rodilla en un corte circular. Las puntas de su cabello estaban rizadas a propósito y su encantadora cara tenía maquillaje ligero. Sus labios estaban pintados del mismo color que su vestido. Con varias horas de tratamiento de la piel, estaba floreciendo como una diosa mientras caminaba en dirección a Kate, la hermana de Kyle. "¡Oh, Dios mío! ¡Eres tan hermosa!", exclamó Kate. "Mi hermano... ¡definitivamente se babeará!". Gabriela primero miró sus nuevos tacones rojos con tiras en los tobillos y se maravilló de su hermosa pedicura. Mi
A lo largo de los años, la Corporación Wright Diamante ha establecido varios restaurantes por toda la ciudad. En esa ocasión, Kyle llevó a Gabriela a la azotea del Hotel el Primer Diamante, el primer hotel de la empresa, construido cuando él tenía sólo tres años. La azotea se había convertido en un jardín en el que una parte de los doscientos acres de espacio se había convertido en un restaurante al aire libre. Aparte de la vista de la ciudad, el lugar estaba rodeado con un poco de vegetación y unas pérgolas que estaban en la mayoría de las mesas, lo cual aumentaba esa sensación de estar en un jardín. Sobre la azotea, las estrellas brillaban con fuerza esa noche, un momento perfecto para tener una cita romántica. En una zona apartada en la que no les rodeaba ningún otro huésped, Kyle se tocaba la barbilla, viendo afanosamente su teléfono. Kate: [Ella dijo que había tenido un encuentro con su ex y su mejor amiga]. Kyle leyó la respuesta de Kate en su teléfono de
"¿De verdad tienes hambre? Porque podríamos saltarnos el resto de la cena", sugirió Kyle mientras se inclinaba hacia adelante en la mesa y apoyaba la barbilla en los puños. Gabriela agrandó los ojos y se limitó a seguir comiendo sus vieiras al horno favoritas antes de responder despreocupadamente: "Paciencia, guapo". Kyle siseó. Se echó hacia atrás y giró de lado a lado, luchando por contener sus impulsos. Contra su voluntad, decidió concentrarse en su comida y comió más rápido de lo normal. "¿Terminaste con eso?". Kyle señaló el plato de la mujer, viendo que sólo le quedaba una vieira. Sin esperar respuesta, levantó una mano para llamar al camarero y ordenó: "El siguiente plato, por favor". La pobre Gabriela tuvo que terminar toda la carne blanca, metiéndosela en la boca. Cuando el personal del hotel llegó a recoger los platos, Kyle añadió: "¿Sabes qué? ¿Por qué no traen todos los platos aquí, incluyendo los postres? Eso... te ahorrará andar caminando de ida y vue
ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO MADURO NO APTO PARA LECTORES MENORES DE 18 AÑOS. "¡Ahh!". Un grito salió de los labios de Gabriela cuando Kyle la cargó de repente en sus brazos como a una princesa. Mientras la mujer se aferraba a él, este la llevó a la sala de estar, donde la acomodó en su regazo. Kyle le robó besos mientras ella le quitaba apresuradamente la chaqueta y cambiaba de posición. Ella no tardó mucho en encontrarse a horcajadas sobre su regazo, frente a su cuerpo atlético. Mientras se besaban, le desabrochó poco a poco la camisa y en cuanto estuvo abierta, al igual que Kyle, iba sintiendo la firmeza del pecho de él con sus manos. Gabriela respiró profundamente, simplemente hipnotizada por su forma. Sólo después de complacer su vista volvió a sumergirse y cubrió a besos los labios de Kyle. ‘Vaya’, pensó mientras se ahogaba en un mar de pasión. Era la primera vez que exploraba así el torso de un hombre ¡y el cuerpo de Kyle estaba notableme
ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO MADURO NO APTO PARA LECTORES MENORES DE 18 AÑOS. 'Vaya', pensó Gabriela. ‘Es tan grande y dura, pero su piel es tan suave’. Sus ojos estaban pegados al miembro del hombre. Sus delgadas manos apenas lo podían agarrar por completo mientras se dedicaba a acariciarlo de arriba abajo. Ella sopló aire de la boca y se lamió inconscientemente el labio al ver el saludable brillo del pene. Mirando de reojo a Kyle, la cara de Gabriela ardía, reconociendo que la mirada del hombre hacia ella estaba llena de lujuria. "Oh, sí, Gaby. Sujétalo sin apretar, pero hazlo más rápido", le indicó Kyle y luego le enseñó cómo se hacía. "Así, Gaby". "De acuerdo", respondió ella débilmente, siguiendo las indicaciones de él. "¡Oh, mierda!". Kyle expresó su felicidad en cuanto Gabriela consiguió el ritmo perfecto. Desde el interior de la sala, sus jadeos y gritos de placer llenaron el espacio, añadiendo la sensación de sus pasiones. Kyle
"¿Quieres que vaya contigo hoy?", preguntó Kyle, entrando en la habitación de Gabriela mientras esta se vestía acorde a su cita de esa mañana. Ella respondió con una sonrisa: "No hace falta. Estás ocupado... ¡Además! Eres mi arma secreta, ¿recuerdas?". "Jummm". Kyle se colocó detrás de ella y le dio un beso en un lado de la cara mientras Gabriela se ponía delante del espejo y dijo: "Mis abogados se ocuparán de ti". Un jueves por la mañana, ese día era la reunión de conciliación entre ella y su tía, tres días después de que el abogado de Kyle le hubiera enviado a Cassandra Taylor una carta de demanda. Efectivamente, durante los tres días, su tía la molestó con llamadas y mensajes de texto a la hora que le viniera en gana solo para humillar a Gabriela por tener de repente el poder y los medios para contratar a un abogado. "¿Nos vamos?", preguntó Kyle. "Hank me dejará primero en la oficina antes de llevarte al bufete". Unos momentos después, Gabriela estaba sentada fr
Gabriela no podía creerlo. Después de años de ver su casa desde fuera, ese día, por fin, iba a entrar. La casa de su padre volvía a ser suya. Mientras Kyle la conducía al viejo barrio, Gabriela no pudo evitar recordar los días en que sus padres aún estaban vivos. Se le llenaron los ojos de lágrimas, reconociendo que esto no habría sido posible si no fuera por el hombre que tenía a su lado. Se giró hacia Kyle con adoración y le dijo: "¿Te he dicho que te amo?". Una lágrima cayó por su mejilla mientras añadía: "Te amo, Kyle. Te amo de verdad". Gabriela no estaba segura de lo que pasaba por la mente del hombre, pero notó que siseaba. Sacudiendo la cabeza, dijo: "Tenías que decirlo justo cuando estoy conduciendo". Sin aviso, ¡Kyle detuvo el coche al lado de la carretera y pisó bruscamente los frenos! Sujetándose firmemente en su asiento, Gabriela gritó: "¡Kyle! ¿Qué estás haciendo...?”. ¡Los labios de Kyle hicieron que dejara de hablar! La agarró por detrás d