"¿De verdad tienes hambre? Porque podríamos saltarnos el resto de la cena", sugirió Kyle mientras se inclinaba hacia adelante en la mesa y apoyaba la barbilla en los puños. Gabriela agrandó los ojos y se limitó a seguir comiendo sus vieiras al horno favoritas antes de responder despreocupadamente: "Paciencia, guapo". Kyle siseó. Se echó hacia atrás y giró de lado a lado, luchando por contener sus impulsos. Contra su voluntad, decidió concentrarse en su comida y comió más rápido de lo normal. "¿Terminaste con eso?". Kyle señaló el plato de la mujer, viendo que sólo le quedaba una vieira. Sin esperar respuesta, levantó una mano para llamar al camarero y ordenó: "El siguiente plato, por favor". La pobre Gabriela tuvo que terminar toda la carne blanca, metiéndosela en la boca. Cuando el personal del hotel llegó a recoger los platos, Kyle añadió: "¿Sabes qué? ¿Por qué no traen todos los platos aquí, incluyendo los postres? Eso... te ahorrará andar caminando de ida y vue
ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO MADURO NO APTO PARA LECTORES MENORES DE 18 AÑOS. "¡Ahh!". Un grito salió de los labios de Gabriela cuando Kyle la cargó de repente en sus brazos como a una princesa. Mientras la mujer se aferraba a él, este la llevó a la sala de estar, donde la acomodó en su regazo. Kyle le robó besos mientras ella le quitaba apresuradamente la chaqueta y cambiaba de posición. Ella no tardó mucho en encontrarse a horcajadas sobre su regazo, frente a su cuerpo atlético. Mientras se besaban, le desabrochó poco a poco la camisa y en cuanto estuvo abierta, al igual que Kyle, iba sintiendo la firmeza del pecho de él con sus manos. Gabriela respiró profundamente, simplemente hipnotizada por su forma. Sólo después de complacer su vista volvió a sumergirse y cubrió a besos los labios de Kyle. ‘Vaya’, pensó mientras se ahogaba en un mar de pasión. Era la primera vez que exploraba así el torso de un hombre ¡y el cuerpo de Kyle estaba notableme
ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO MADURO NO APTO PARA LECTORES MENORES DE 18 AÑOS. 'Vaya', pensó Gabriela. ‘Es tan grande y dura, pero su piel es tan suave’. Sus ojos estaban pegados al miembro del hombre. Sus delgadas manos apenas lo podían agarrar por completo mientras se dedicaba a acariciarlo de arriba abajo. Ella sopló aire de la boca y se lamió inconscientemente el labio al ver el saludable brillo del pene. Mirando de reojo a Kyle, la cara de Gabriela ardía, reconociendo que la mirada del hombre hacia ella estaba llena de lujuria. "Oh, sí, Gaby. Sujétalo sin apretar, pero hazlo más rápido", le indicó Kyle y luego le enseñó cómo se hacía. "Así, Gaby". "De acuerdo", respondió ella débilmente, siguiendo las indicaciones de él. "¡Oh, mierda!". Kyle expresó su felicidad en cuanto Gabriela consiguió el ritmo perfecto. Desde el interior de la sala, sus jadeos y gritos de placer llenaron el espacio, añadiendo la sensación de sus pasiones. Kyle
"¿Quieres que vaya contigo hoy?", preguntó Kyle, entrando en la habitación de Gabriela mientras esta se vestía acorde a su cita de esa mañana. Ella respondió con una sonrisa: "No hace falta. Estás ocupado... ¡Además! Eres mi arma secreta, ¿recuerdas?". "Jummm". Kyle se colocó detrás de ella y le dio un beso en un lado de la cara mientras Gabriela se ponía delante del espejo y dijo: "Mis abogados se ocuparán de ti". Un jueves por la mañana, ese día era la reunión de conciliación entre ella y su tía, tres días después de que el abogado de Kyle le hubiera enviado a Cassandra Taylor una carta de demanda. Efectivamente, durante los tres días, su tía la molestó con llamadas y mensajes de texto a la hora que le viniera en gana solo para humillar a Gabriela por tener de repente el poder y los medios para contratar a un abogado. "¿Nos vamos?", preguntó Kyle. "Hank me dejará primero en la oficina antes de llevarte al bufete". Unos momentos después, Gabriela estaba sentada fr
Gabriela no podía creerlo. Después de años de ver su casa desde fuera, ese día, por fin, iba a entrar. La casa de su padre volvía a ser suya. Mientras Kyle la conducía al viejo barrio, Gabriela no pudo evitar recordar los días en que sus padres aún estaban vivos. Se le llenaron los ojos de lágrimas, reconociendo que esto no habría sido posible si no fuera por el hombre que tenía a su lado. Se giró hacia Kyle con adoración y le dijo: "¿Te he dicho que te amo?". Una lágrima cayó por su mejilla mientras añadía: "Te amo, Kyle. Te amo de verdad". Gabriela no estaba segura de lo que pasaba por la mente del hombre, pero notó que siseaba. Sacudiendo la cabeza, dijo: "Tenías que decirlo justo cuando estoy conduciendo". Sin aviso, ¡Kyle detuvo el coche al lado de la carretera y pisó bruscamente los frenos! Sujetándose firmemente en su asiento, Gabriela gritó: "¡Kyle! ¿Qué estás haciendo...?”. ¡Los labios de Kyle hicieron que dejara de hablar! La agarró por detrás d
Al recorrer la casa, Gabriela no pudo ocultar su sorpresa. Su tía cambió muchos de los interiores y vendió casi todas sus pertenencias. Algunas de ellas, las que su tía podría haber pensado que no tenían valor, fueron colocadas en el sótano. Era allí donde Gabriela había estado revisando una caja tras otra. Mientras limpiaba el polvo del libro de su madre, suspiró. "Oh, a mi madre le encantaba este". Se giró hacia Kyle y sonrió mientras decía: "Me lo leía una y otra vez". Mostrando el libro, le dijo: "Es una historia sobre una chica de la realeza que eligió a un hombre sin riqueza por encima de su corona". Kyle frunció el ceño ante el cuento. No era exactamente una historia de cuento de hadas. Él preguntó: "¿Cómo... termina la historia?". Gabriela se encogió de hombros y respondió: "¡Tuvo una familia humilde pero feliz! Eso es lo que importa, ¿no?". Ella hojeó el viejo libro, queriendo encontrar su capítulo favorito y, para su sorpresa, ¡encontró escritos en esa
Kyle tuvo la oportunidad de leer la carta que dejó la madre de Gabriela. Se giró hacia su novia mientras ésta empaquetaba más pertenencias de su madre en una caja y le preguntó: "¿Vas... a buscar a la familia de tu madre?". Apartando un mechón de su pelo caramelo, Gabriela se quedó muda durante un rato. Levantó el torso y dirigió su mirada perdida a la ventana. Después de pensarlo mucho, respondió: "No, no lo haré". "Tiene... tiene que haber una buena razón para que mi madre no se conecte con ellos", explicó. "Además, jamás en mi vida había escuchado de ellos". "Quiero decir... ¿Qué clase de padres desheredarían a su propia hija?", añadió antes de guardar las últimas cosas de su madre. Kyle asintió y le aseguró: "Me tienes a mí". Al ver la sonrisa de ella, añadió: "Y a mi familia". En ese momento, la sonrisa de Gabriela se amplió. Lo miró y le dijo: "Cuento… con eso, guapo". "Mjm", respondió Kyle. Mirando a su alrededor, Kyle sugirió: "Tomará unos meses antes de q
Tomando respiraciones profundas, Gabriela se puso una mano en el pecho. Cerró los ojos, intentando calmar sus nervios mientras iba en la parte trasera del coche, sentada al lado de Kyle. "Relájate, ¿quieres?", la regañó Kyle. Le puso una mano en la espalda y la acarició. "Te amarán. Si yo te amo, ellos también lo harán". Solo un mes después de que Gabriela conociera a sus padres y a sus abuelos paternos, se dirigían a visitar a los abuelos maternos de Kyle, que habían llegado de unas largas vacaciones. "Kyle, ¿por qué no mencionaste que tu abuelo era el antiguo general del país? He visto esto en las películas, un abuelo muy severo que seguramente me investigará a mí y a mi historial... Justo como Ben Stiller en La familia de mi novia". Una mueca se formó en el rostro de Kyle antes de que se riera. Él sacudió la cabeza y reveló: "El abuelo dijo que tu padre era un buen hombre y que tu madre era considerada humilde". Gabriela quedó con la boca abierta. Se giró hacia Kyle con