Aiden daba vueltas en la habitación, Meliza leía un libro mientras que Elena mantenía su mirada color esmeralda clavada en el techo del lugar, sumida en sus propios pensamientos.
—¡Mierda! ¿No deberían habernos avisado algo ya?—gruño el chico de cabello blanco como la nieve, mientras se dejaba caer finalmente en un mullido sillón.
Las dos mujeres volvieron sus miradas hacia él, fue Meliza quien abrió su boca con el fin de soltar algunas palabras que hicieran enojar al ladrón para lograr distraerlo unos minutos más, cuando su celular sonó.
Al instante, la mujer de cabello color vino respondió, mientras la atención de Elena y Aiden se deslizaba hacia ella.
Luca tardó más de lo esperado en llegar al departamento, había matado a un hombre pero no tenía remordimiento alguno, al fin y al cabo no era el primero que asesinaba.Sin embargo su demora no se debió a eso, si no al pequeño oso de felpa que acababa de comprar en una estación de servicio de camino al departamento.Conforme los minutos pasaban y el subía en el ascensor, se arrepentía de haber comprado aquel estúpido eso con el corazón entre sus manos, pero estaba seguro que a Aiden le encantaría.Era una metáfora, una que seguramente debería explicar al ladrón; de alguna manera él se sintió representado en el oso color dulce de leche, y el hecho de que estuviera entregand
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Cuando sus ojos color noche finalmente volvieron a abrirse, tardaron unos segundos en acostumbrarse a la poca iluminación.El ambiente estaba viciado por el fétido aroma a drenaje, mezclado con humedad y humo de cigarrillos.Una vez, las siluetas y sombras cobraron sentido en su visión, Daphne notó que estaba atada a una silla, en medio de una habitación cuyas paredes y ventanas estaban recubiertas por diarios viejos.—Buenos días mi amor—dijo una voz ronca en su oído.Dando un pequeño sobresalto en su lugar, notó la presencia del hombre, aún estaba algo aturdida para hablar o incluso luchar para zafarse de las fuertes sogas que apresaban su cuerpo.
Dorian Fleyman seguía con la mirada cada movimiento que su hermano hacía sentado en el mullido sillón del living.Podría ser su gemelo perfecto, de no ser por la piel más dorada y el pendiente que colgaba en su oreja derecha.También estaba el tema de su aspecto algo desgarbado, sin embargo recordaba que Luca le había informado que se dedicaba a robar partes de autos, por lo que entendió el motivo de su aspecto.—¿En verdad eres millonario?—preguntó su doble casi perfecto revolviéndose en el sillón, el cual desprendía sonidos vergonzosos con cada movimiento.—Si, bueno soy el dueño de mi propia empresa de tecnolog&i
Elena estaba abatida, su corazón destrozado guiaba su caminar de forma errante, sin un rumbo aparente.No tenía el valor, ni coraje para regresar a su casa y enfrentar a su padre, quien de seguro la mataría a golpes por arruinar su única oportunidad de formar parte de la buena vida.Con pasos lentos y pensamientos tortuosos, la hermosa mujer caminó hacia el puente, cuyo caudal de agua que corría de forma perezosa debajo de este, no era suficiente ni siquiera para cubrir por completo los pies de un niño.Sin temor alguno por el final que se cernía sobre ella si cometía el error de pisar en un lugar equívoco, Elena asomó su melena dorada más allá del barandal de seguridad, instantes después, su cuerpo hab&ia
El creciente y afiebrado hematoma que la pequeña Daphne tenía en su mejilla izquierda, no se comparaba con el que yacía escondido bajo su remera, a la altura de las costillas.Con cada paso que daba, este enviaba fuertes oleadas punzantes, casi electrizantes, de dolor a lo largo de su cuerpo. Sin embargo no se permitió llorar.No porque no le generará nada o no le doliera, el verdadero motivo es que se había quedado sin lágrimas.La noche anterior, Mickol, la pareja más violenta y volátil que su madre había conocido, le dio una paliza hasta cansarse.¿El motivo?.Según él, la niña de catorce años le hab&iacut
El frío era atroz, Aiden sentía como este le devoraba la piel con cada suave ventisca, por ese motivo daba pequeños saltos en el lugar al mismo tiempo que frotaba ambas palmas con fuerza para obtener el más ligero atisbo de calor.Envidiaba con locura a las personas que podían descansar calentitos en sus camas, mientras que él debió levantarse antes del alba para solucionar la mierda en la que estaba metido.Si es que está tenía solución.Su compañero de robos Goofy, como le apodaban, lo había estafado en su último asalto. En lugar de tomar el cincuenta porciento de las partes de autos obtenidas, su compañero hurtó parte del porcentaje que le tocaba a él.
Jackob observaba subir y bajar a la mujer por el lustroso caño, esta parecía cada vez portaba menos ropa, sin embargo la sonrisa en su rostro no parecía flaquear ni un segundo.Cómo premio por eso, el atractivo hombre similar a un Dios del sol, dejaba un considerable bulto de dinero en su ropa interior, lo cual parecía fascinar a la mujer.Ella se había ofrecido a llevarlo a la cama por un módico precio, sin embargo, él se había negado a esto.¿El motivo? Muy simple.La atractiva bailarina exótica, de cabellera dorada, curvas sensuales y rasgos faciales afilados, guardaba cierto parecido con Elena, su ex prometida.Último capítulo