LANA

No sé que carajos tendría que hacer en este instante, pero esto era sinónimo de peligro, no me podía quedar estática en este lugar y muchos menos viendo ese tipo con mucha sangre, quién sabe cuántas víctimas ha podido asesinar, a lo mejor nosotros seríamos los siguientes y nos quedamos acá, mi corazón empezó a latir más y más, hasta el punto que volví a ver hacia atrás y estaba Gisela, ella no tenía la menor idea de lo que estaba pasando, pero teníamos que irnos de este lugar rápidamente o de lo contrario nosotros seríamos carne molida.

—No te muevas— me dice Mauricio —son muy inteligentes y no lo subestimes, tienen la habilidad de poder sentirte muchos kilómetros, pueden escuchar sonidos que ni siquiera tú y yo podemos escuchar, así que no intentes correr porque de lo contrario te va a escuchar rápidamente, lo único que tienes que hacer es caminar despacio, lentamente dónde está tu amiga y váyanse a un lugar más seguro, déjennos a nosotros tres que nos vamos a encargar de esto,