Jiang Sese vio que el conductor lo había llevado a ese lugar. Ella se agachó y le preguntó: "¿Por qué estás aquí? ¿Lo sabe tu papi?".

"Lo sabe. He hecho un regalo para ti, mami, pero no está conmigo ahora. ¿Puedes acompañarme a un lado, mami?".

Xiaobao miró a Jiang Sese con una mirada de anticipación. Tiró impacientemente de ella para que lo acompañara.

Cuando escuchó eso, Jiang Sese sonrió cálidamente.

Alargó la mano para tocar la punta de la nariz de Xiaobao y dijo con indulgencia: "Gracias, Xiaobao, pero ahora es hora de trabajar. No puedo irme".

Xiaobao frunció ligeramente el ceño, y pareció estar perdido.

Tuvo una idea, y sonrió una vez más.

"Entonces entraré y esperaré. Seré bueno, ¡no te causaré problemas, mami!".

Jiang Sese no podía soportar ver cómo se apagaba el brillo de los ojos del pequeño, así que asintió. Entonces le tomó de la mano y llevó a Xiaobao a la bodega.

Nada más entrar, se encontraron con los demás empleados de la bodega. Todos miraron a Jiang Ses