Jin Fengchen llegó a la oficina de seguridad, donde Sheng Zhixia estaba detenida. Sin su orden, los guardias de seguridad no se atrevieron a dejarla salir.

Al verle, ella se sintió mucho más tranquila y no parecía tan frenética como antes.

Jin Fengchen la estudió con una mirada fría y dijo con indiferencia: "Mi oferta no ha cambiado. Te daré mucho dinero. A cambio, nos dejarás en paz y nunca aparecerás delante de ninguno de los miembros de mi familia, especialmente de Xiaobao".

Sheng Zhixia negó con la cabeza. "No, no quiero ningún dinero".

Cruzando sus piernas largas, Jin Fengchen la miró fijamente con una mirada severa. "¿Estás segura? Si no aceptas el dinero, puedes acabar quedándote sin nada".

Sheng Zhixia sonrió con tristeza. "Señor Jin, puede dejar de intentar intimidarme. Xiaobao es mi hijo, y aunque esto llegue a los tribunales, nadie va a quitarme el derecho de visita".

Jin Fengchen estaba tan enfadado que se rio. "¿Estás diciendo que quieres demandarme?".

"Ese es solo