Mientras tanto, Jin Fengyao yacía en la cama del hospital y le daba vueltas a su celular por el aburrimiento.

Durante los últimos días, no había hecho nada más que estar acostado. Dada la gravedad de su lesión en la pierna, no podía ir a ningún lado y solo podía permanecer acostado todo el día y jugar con su celular.

Así que jugó a todos los juegos que pudo y alcanzó el nivel nacional en muchos de ellos, pero ya no podía molestarse en jugar más. Se había pasado casi todo el día soñando despierto.

El médico llamó a la puerta y entró para cambiarle la medicina. Él levantó la cabeza, miró al médico y preguntó con confusión: "¿Dónde está Song Qingwan?".

El médico se quedó mirando la medicina que tenía en la mano y dijo, sin levantar la cabeza: "Debería haber terminado su turno. Además, tengo que revisar su herida y decidir si necesita un cambio de medicina".

Jin Fengyao asintió como si lo entendiera. Después de todo, todavía no estaba mejor, así que, naturalmente, escucharía al médico