Song Qingwan tenía seis meses de embarazo. Si se cayó, era difícil que el bebé en su vientre estuviera bien.

“Se desmayó por el dolor. Su padre y yo no sabemos bien los detalles. Tendremos que esperar a que venga el médico...”.

Antes de que la Señora Jin pudiera terminar, Jin Fengyao estaba más allá de sí mismo con el pánico. Intentó irrumpir en la sala de emergencias.

“¡Fengyao!”. El Amo Jin y Señora Jin tenían una expresión de sorpresa en sus rostros. Aunque quisieran detenerlo, sería muy tarde.

Al mismo tiempo, llegó Jin Fengchen. Al verlo, corrió hacia delante para agarrarlo y le dijo con seriedad: “¡Fengyao, cálmate! ¡Vas a interrumpir el doctor si entras ahí!”.

“Hermano, estoy preocupado por Wanwan. Me preocupa que ella...”. Los ojos de Jin Fengyao se pusieron rojos, sin atreverse a imaginar qué haría si realmente le ocurriera algo a Wanwan.

Su mente estaba ocupada con la imagen mental de la embarazada Song Qingwan despidiéndolo cuando salía de casa esa mañana.

Jin Fe