Lisa se sintió abrumada por el resentimiento ante la mera idea de que Bo Gelian la golpeara y casi la estranguló hasta la muerte por culpa de esa p*rra.

No importaba el precio, ¡debía deshacerse de esa p*rra, Jiang Sese!

Sin embargo, desde que Jiang Sese fue dada de alta del hospital, se quedaba en casa y casi nunca salía. Incluso cuando salía, estaba rodeada por un grupo de guardaespaldas.

Los hombres que enviaba no podían ni acercarse.

Si no se deshacía de esa p*rra, ¡Lisa sentía que se iba a volver loca!

Esa noche, recibió una extraña llamada.

“Lisa, ¿estás interesada en trabajar juntas? Puedo ayudarte a lidiar con Jiang Sese”.

La persona que llamaba era una mujer, su voz no le era familiar, sin embargo, ¡sabía de ella y de Jiang Sese!

Lisa estuvo atenta y pensó que era Bo Gelian quien llamaba para ponerla a prueba, así que se hizo la ignorante y dijo: “No conozco a Jiang Sese, número equivocado”.

Justo cuando estaba a punto de colgar, la voz de la otra mujer volvió a sonar