Jiang Sese miró con desconcierto. Los comentarios de los transeúntes y las falsas acusaciones de la familia Jiang la hicieron sentir muy mal.

Sin embargo, tales cosas habían sucedido muchas veces a lo largo de los años y Jiang Sese se había acostumbrado a ellas.

Pero ahora, alguien la había defendido. Jiang Sese se conmovió.

Pero Shen Shulan seguía gritando como una arpía.

"Presidente Jin, ¿está tratando de que maten a mi nieto? ¡Sé que quiere proteger a Jiang Sese, pero esta es una vida de la que estamos hablando aquí!".

Acurrucada en los brazos de Lan Sichen, Jiang Nuannuan fingió una voz suplicante cuando dijo: "Hermana, por favor, no hagas esto. Es culpa nuestra. No deberíamos haberla ofendido. Por favor, hable con el Presidente Jin y déjenos ir".

Jiang Sese la ignoró. Sabía perfectamente bien que Jiang Nuannuan solo dijo eso para que pudieran escapar, pero Jiang Sese había tomado una decisión. Llegaría al fondo de esto.

El bullicio de ruidos había atraído mucha atención y c