Se miraron el uno al otro.

El aire a su alrededor pareció congelarse, y una extraña atmósfera llenó la habitación.

“Mamá”.

La repentina voz sorprendió a ambos.

Se apresuraron a apartar la mirada.

“¿Qué ocurre?”. Liang Xinwei se puso en pie y se dirigió a Anan, que estaba en la puerta de su habitación.

“No sé cómo responder a esta pregunta”.

“Ya veo”. Liang XInwei se volvió para mirar a Fang Yuchen en la sala. Lo pensó y dijo con suavidad: “Anan, haz primero lo de los demás. Vendré a ayudarte más tarde, ¿de acuerdo?”.

“De acuerdo”.

Anan se dio la vuelta y volvió a su habitación.

En ese momento, Fang Yuchen se levantó: “Es tarde, no debería molestarlos”.

Liang Xinwei se quedó pasmada, pero reaccionó rápidamente y dijo: “En realidad...”.

Quería decir que estaba bien, pero también sentía que sería inapropiado. Cambió de tono y dijo: “Maneja con cuidado”.

“De acuerdo”. Fang Yuchen sonrió y asintió.

Liang Xinwei le acompañó hasta la puerta y vio cómo entraba en el