“¡Shangguan Qian, por qué lo has dejado salir!”.

Shangguan Qian estaba hablando por teléfono cuando la puerta de la habitación se abrió de repente.

Era Shangguan Yuan.

Se acercó a él y su rostro, maquillado meticulosamente, estaba lleno de rabia. Su mirada estaba llena de veneno y rabia mientras lo miraba con odio.

“Me pondré en contacto contigo más tarde”.

Shangguan Qian colgó y le dedicó una media sonrisa. “Ha estado enjaulado en la habitación todo este tiempo, así que lo he dejado salir para que tome aire fresco, ¿hay algo malo en ello?”.

“¡Por supuesto!”. Shangguan Yuan apretó los dientes: “No creas que no sé lo que pretendes. Permíteme advertirte, si fuera descubierto por otros, nunca escucharás el final de esto”.

Shangguan Qian vio la vileza en sus ojos, y de repente sintió que una ola de impotencia le invadía. Bajó la cabeza y sonrió: “Yuanyuan, ¿realmente crees que lo que estás haciendo es correcto?”.

Shangguan Yuan guardó silencio.

Shangguan Qian respiró profu