Ya habían transcurrido dos meses desde que Sophía tuvo que casarse con Dante Moretti a la fuerza y en esos dos meses no dejó que el hombre la intimidara. También seguía recibiendo las notas terroríficas del acosador del cual Dante aún no tenía ni idea de quién podría ser. Fueron dos meses agotadores y llenos de terror y suspenso para la pareja. Es cierto que tuvo que someterse al principio a las órdenes de él, pero al no ver a su madre volvió a enfrentarlo y cada vez que podía lo insultaba como solo ella sabía hacerlo.Sophía estaba sentada en el comedor desayunando sola como acostumbraba cada mañana. Lo hacía antes o después de que Dante habría salido, solo para evitar verlo a la cara. Ese día prometía ser un día muy frustrante pues ya había tenido que pelearse con él cuando había intentado meterse a su cama y Ayla la había llamado para informarle del caso que tenían que posiblemente lo perderían. —Maldita sea, que hizo para salirse con las suyas?— seguía pensándolo frustrada en vo
La puerta se abrió lentamente, y Sophía no tuvo tiempo de prepararse para lo que estaba a punto de suceder. Sabrina, con una sonrisa arrogante, la observó de arriba abajo, como si la hubiera catalogado de inmediato.—Así que ella es la gran Sophía —dijo Sabrina, con la voz cargada de veneno. Se giró hacia Dante, sin darle importancia a la presencia de Sophía—. ¿En serio la prefieres a ella, Dante? ¿Dejaste todo por ella?Dante la miró con un brillo asesino en los ojos, un destello que sabía disimular bien.—Sí, Sabrina. Ella es mi presente. Mi esposa y futura madre de mis hijos. Sabrina frunció el ceño, molesta, y giró hacia Sophía, observándola con desdén. Mientras Sophía ya había logrado descifrar lo que pretendía Dante.—No entiendo qué tiene esta... mujer que yo no —su tono era desafiante, casi insultante—. No es nada comparada conmigo —Cuida lo que dices cuando te vayas a referir a mi mujer— Dante la tenía enfrente con una postura amenazante viéndola con una mirada muy fría. S
POV DE DANTE Sophía salió de la habitación como un huracán, dejando tras de sí un vacío insoportable. Me quedé allí, sentado en la cama, con los labios aún ardientes del beso que acabábamos de compartir. Mi mente era un caos. Por más que intentara justificarlo, no había vuelta atrás: esa mujer me estaba consumiendo lentamente No entendía lo que me pasaba. Había querido provocarla, empujarla al límite, pero al final terminé atrapado en mi propio juego. Ver su furia, esa chispa en sus ojos cuando me enfrentó, me encendió de una manera que jamás imaginé.Pero antes de eso, la forma en que enfrentó a Sabrina, en como se defendió y por supuesto su rudeza a la hora de enfrentarme terminaron por provocar en mi ese deseo inmenso de poseerla, de hacerle ver que es mía y que no hay forma de que la deje ir en algún momento. "¿Qué demonios me está pasando?"Me levanté de la cama, pasando las manos por mi cabello, frustrado. Nunca antes había sentido esta pérdida de control. Siempre he sido el
POV DE DANTE La mujer frente a mí mantenía la cabeza en alto, incluso cuando claramente no tenía el control de la situación. Una parte de mí admiraba su valentía; la otra no podía creer lo fácil que me estaba dejando todo.—¿Crees que puedes venir aquí y dictar condiciones? —le espeté, levantándome de mi silla para caminar hacia ella con calma amenazante—. Esto no es un trato. Es una rendición.Sus ojos no parpadearon, y eso me irritó más de lo que esperaba. Había algo en su porte, algo que me recordaba a Sophía. Esa misma terquedad, esa incapacidad de ceder, incluso cuando sabían que estaban perdiendo.Lucas me observaba desde un rincón, en completo silencio. Sabía que no intervendría, no mientras yo tuviera el control. Pero en este momento, mantener ese control se sentía como caminar sobre una cuerda floja.—Quiero a mi hija protegida. No estoy aquí para negociar. Estoy aquí para garantizar su seguridad —insistió la mujer, con esa maldita frialdad que me hizo sonreír de lado.—Eso
POV SOPHÍA El aire se hizo espeso en un instante, y mi pecho se apretó con fuerza. No podía apartar la vista de ella. La mujer que me dijeron que estaba muerta, que estaba enterrada bajo tierra, lejos de mí, ahí estaba, viva, frente a mis ojos.Mi mente quiso gritar que todo esto era un truco, una mentira más de las tantas que he tenido que soportar. Pero no. Su rostro, sus ojos... eran los mismos. Más cansados, más duros, pero ella. Y aunque sabía ya que estaba viva por Dante, no me había preparado para este momento —Ma...má... —Las palabras apenas salieron de mi boca, como si al pronunciarlas algo en mi interior fuera a romperse por completo.Ella no dijo nada. Su mirada estaba clavada en mí, intensa, como si tratara de leer cada pensamiento en mi cabeza. ¿Por qué no habla? ¿Por qué no se acerca?—¿Por qué...? —Mi voz finalmente rompió el silencio, rasgada por la mezcla de emociones que no sabía cómo controlar—. ¿Por qué me hiciste creer que estabas muerta?Su rostro parpadeó por
POV SOPHÍA Su movimiento fue tan rápido que no lo vi venir, solo se que se acercó y acarició mi cuello y antes de apretar me susurró con una voz grave y profunda que me hizo estremecer—. Eres tan hermosa y frágil… seria una pena tener que romperte el cuello,un desperdicio en verdad —Y al minuto siguiente ya me estaba asfixiando, no me dio tiempo a refutar o golpearlo.—Galadriel, entrega esa información o le rompo el cuello en este momento. — le dice a mi madre mientras sigue apretando,pero no dejaré que ella ceda, aunque dudo que lo haga.Pese a su amenaza, mi madre no se inmutó. Fría y calculadora como siempre, me miró brevemente, pero su rostro permanecía inexpresivo. No hubo rastro de miedo ni vacilación. Esa mujer que alguna vez me abrazó y me amó cuando era niña… ¿aún existía? ¿O los años y las heridas la habían endurecido tanto que había dejado de sentir?Cada vez era más difícil entenderla y la reconoceria aun menos con lo que diria a continuación —Hazlo. La Perderé, pero ust
POV DanteSabia perfectamente que se negaria pero no tiene otra opción, su madre se.encargara de ayudarme, aunque por su expresión está que quiere matarme. Sophía no era tota, sabia lo que estaba en juego y su amor por su madre iba demasiado lejos. Su respuesta fue un rotundo no, no había vacilación ni en sus palabras, ni en su mirada, ni siquiera cuando toda la habitación parecía congelarse con el impacto de mi propuesta. Esa chispa indomable en sus ojos... maldita sea, me enfurecía y me fascinaba al mismo tiempo.—Jamás seré la madre de tu hijo, ya te lo había dicho, no? No va a pasar eso nunca—escupió, con un tono cargado de veneno, orgullo y determinación. Mi padre, Leonardo, se mantuvo al margen, pero su aprobación silenciosa me respaldaba. Él no va a interferir, sus planes son mantenera esa mujer bajo controlpero si yo fuera él, no me fiaria de ella.Ella, por otro lado, era un enigma; su mirada alternaba entre el desafío frío hacia mí y una leve preocupación que traicionaba su
POV SOPHÍA Sinceramente, siento que me estoy rindiendo ante ese infeliz fácilmente, pero si no aceptaba ese absurdo trato, esa mujer que dice ser mi madre, podría morir. Estoy enojada, mi situación es lamentable pero no voy a mostrarme débil, no le dare esa victoria a Dante Moretti. Su expresión en estos momentos es impenetrable, dura, sus ojos ocultan más de lo que intenta, pero porqué siento que en vez de agradarle mi respuesta le desagrada?No es una victoria haber conseguido lo que quería de mí?Un hijo, como si se tratara de un objeto. Un hijo que no será fruto del amor si no de la avaricia y la lucha de poder de un estúpido sin corazón. —Aceptaré tu petición, pero… no obtendrás nada más, ni siquiera te hagas ideas estúpidas en tu cabeza, mi odio hacia ti ahora es mucho más fuerte que antes— mis palabras son duras y me encargaré de que sienta el peso de cada una de ellas.El se acerca sin mostrar a mi sin mostrar ni una pizca de emoción, como si lo que hubiera dicho le importa