*Ábreme. Sé que estás allí. *
Ruedo los ojos, pero, aun así, me levanto con mucha lentitud de mi cómoda cama para abrirle la puerta a mi rubia a pesar de que la odio un poco en este día por haberme despertado de mi flamante sueño con sus desesperantes golpes e incesantes llamadas. Mi cabeza se siente estallar y desearía estar sola en este momento. No sé por qué me siento tan mal con respecto a Brad y a Jim. Ambos me estuvieron llamando y enviando mensajes durante toda la noche, donde sólo bebí y vi películas en la comodidad de mi cama, pero no me siento de ánimos para enfrentarlos aún. Ni siquiera sé qué es lo que debo decir, si no tengo una relación real con ninguno. Jim, por un lado, sabe perfectamente que lo nuestro es algo meramente sexual y sin compromiso; pero con Brad, es con quien tengo mis más fuertes dudas. Fueron s&oac
“Te besé.Y no son normales las ganas que tengo de volver a hacerlo, de echar abajo la puerta de tu habitación y no dejarte escapar otra vez. De sujetar tu pequeña cintura, pegarte a mi cuerpo y devorar esos labios de diosa hasta saciarme. Aunque, en realidad, no creo que eso llegue a suceder.Saciarme, quiero decir.Nunca había deseado enamorarme o anhelar a una persona, siquiera. Siempre creí que mi vida implicaría atarme a una persona a la que no amaba. Así fue hasta que cierta pelirroja a la que le encanta tentarme con sus «sutiles» movimientos, apareció frente a mí.Necesito que me conozcas, que sepas quién soy y que decidas elegirme como una buena opción para ti. Como tu mejor opción.Mi nombre es Bradford Hudson, tengo veintiocho años, soy publicista de profesión, el menor de dos
He pasado todo el día del domingo limpiando mis desastres, al menos el físico y el de mi apartamento, todo para sacar de mi mente esa tonta carta que me tiene con los nervios de punta, sin dejarme concentrar. Unas jodidas palabras sin mucho adorno, directas y concisas.Estuve hasta muy temprano, muy entrada la madrugada, sin poder conciliar el sueño. Sentía una fuerte opresión en el pecho que se hacía más intensa con cada palabra leída, y aún ahora no ha disminuido siquiera un poco. Lo único de lo que estoy convencida, es de que él no merece estar con una mujer que es un completo desastre, como lo soy yo. Nunca en mi vida me sentí tan poca cosa e inmerecida, como ahora; segura de que él estará mejor con cualquiera, menos conmigo.He tomado la firme decisión de que he de terminar con Jim. Estoy esperando a que venga como lo prometió cuando le envié ese
Me siento inquietantemente nerviosa y no soy más que el hazmerreír de Sarah y Georgina desde que regresé de ese viaje. No dejo de mirar mi reloj sin lograr aguantar las ganas de correr a mi escritorio una vez termine la hora del almuerzo. ¿Y todo para qué? Para finalmente verlo.Lleva tres días sin venir a la oficina y el señor Walker es quien se está haciendo cargo de su trabajo que, por fortuna, está al día y mucho más, pero dijeron que hoy volvía y aún no da señales de vida. Eso me preocupa y realmente estoy temiendo lo peor. Espero que no tome una estúpida decisión precipitada, por lo menos, no antes de hablar conmigo.¿Cruzar yo medio país sólo para ir detrás de un hombre?—Hiciste bien —dice Georgina, y niego.—Seguro creerá que preferí a Jim.—No es tu culpa qu
Dejo mi pequeño bolso amarillo al lado del cenicero inundado de cerillos y filtros de cigarrillos, vasos usados manchando la bonita madera y paquetes de comida chatarra. Niego y empiezo a recorrer la casa, que no es tan pequeña, buscando la cocina dispuesta a tener esa conversación de una vez por toda y terminar con esta tortura. Me asqueo al ver que la cocina está aún peor. Comida echada a perder, más basura y botellas de licor vacías. Creo que me estoy arrepintiendo. Debí enviarle un mensaje como sugirió Georgina y esperar. Vuelvo rápidamente luego de llenar un vaso con agua fría y estiro mi mano para que quede al nivel de su ojeroso rostro. Sonrío con malicia mientras, lentamente, giro el vaso para dejar caer el líquido y enseguida doy un par de pasos atrás.—¡¿Qué mierda?! —espeta, estremeciendo la casa, se sienta dejando ver su furia y se pasa
POV BradEn definitiva, ella es más de lo que creí o esperé tener. Si antes me sentía jodido por esa mujer, ahora sé que no quiero vivir sin ella en mi vida. Sin mi mujer de fuego. Le queda perfecto. Cada vez que la toco, joder, no puedo parar y deseo más y más de ella, aunque ambos estemos agotados. Han sido cuatro cortos días a su lado y no deseo volver al mundo real. No sé por qué siento como si todo esto fuera un sueño del que despertaré para verla huir y dejarme peor que un jodido desecho. Espero que entienda cuanto la necesito a mi lado, cuanto la amo y cuan sincero soy. Creo que no deberé darle espacio para que se arrepienta, pero también sé que puedo perder mucho si presiono más de la cuenta.He estado ignorando los mensajes y llamadas de mi hermano y de Alexander. Estoy segura de que Alice ya le ha dicho a Nick
—¿Ya tienes todo listo, nena? —me pregunta mientras camina con afán hacia su oficina.Escucho las risillas y toses burlonas de mis compañeros del piso y ruedo los ojos. Brad les hizo saber, sin palabras —ya se imaginarán como—, que había algo entre nosotros. Fue algo incómodo la primera semana, pero ya todos parecen haberse hecho a la idea de que estamos junto al fin, según palabras de todos, y él no deja de comportarse conmigo como si estuviéramos solos en su casa.Si. Aún, luego de tres semanas, estoy con él en su casa. Cuando le he preguntado por qué no estaba en su apartamento, reí por horas cuando me dijo que al llegar del viaje se enteró de que su ex lo había destrozado. Tuvo que comprar ropa nueva e irse a la casa que compartía con su hermano Nick. Eso sirvió para que la denunciara y la familia de la trastornada chica, fi
—Viniste —susurra mi hermana menor, Laura, pareciendo muy asombrada.—Por supuesto que ha venido —espeta mi madre haciendo sacudir ese bonito vestido azul. Es una lástima que sea tan hermosa a pesar de sus sesenta años, pero con una personalidad repugnante que la hace ver como el asqueroso sapo que es—. Por lo menos te hubieras vestido menos como una prostituta barata.Mi padre dice que físicamente nos parecemos mucho, sólo nos diferencia mi cabello colorado y ojos verdes que heredé de él, y ella que tiene su brillante cabello castaño igual al de mi hermana.—¿Por qué? —pregunto con inocencia alisando la falda de mi vestido blanco, que parece estar pegado a mi piel, y termino con mis manos en mi firme trasero—. Mejor una zorra feliz que una dama frígida y amargada.Sonrío cuando mi madre empuña sus manos y realmente deseo que
Sentí mucho haber tenido que dejar la reunión con mi familia, pero esto es mucho más importante para mí. Ellas ahora también son mi familia y es mi deber estar allí, siempre. Ellas lo han estado para mí y eso las convierte en lo más importante que tengo en la vida. Por encima de los de mi sangre y del hombre con quien comparto mi cama.Su cama, en este caso.—Espero nos veamos pronto, cariño.—Así será, papá.Le doy un fuerte abrazo y besa mi mejilla antes de soltarme y acariciar mi rostro con esa ternura tan propia de él. Si no fuera porque fue él quien endureció el corazón de mi madre, lo consideraría el hombre perfecto. Repito el gesto con Susy y con mi hermana antes de alejarme de la mano de mi novio hacia el auto que nos espera. No nos ha tomado más de media hora el empacar y entregar la habitación y, si tod