Capítulo 308
La expresión de Miguel se ensombreció al escucharlo. ¿Qué pretendía Laura con esto? Era demasiado atrevida.

—¿Con quién estaba? —preguntó.

—El señor Montero la llevó en su auto —respondió Mario, sintiendo que el aire se enfriaba y ajustándose instintivamente la ropa.

—¿Dónde está Jenny? —Miguel cambió de tema, sabiendo que seguir hablando del asunto solo lo enfurecería más.

—Ya la llevé a casa —respondió Mario escuetamente, incapaz de adivinar los pensamientos de su jefe.

—Bien, puedes retirarte.

Mario salió rápidamente. Cuando se quedó solo, Miguel tomó el estuche y lo abrió. Dentro había un collar de diamantes, el nuevo diseño estrella de la joyería de Nexus. Era un diseño sencillo pero hermoso. Al elegirlo, había imaginado cómo luciría en el delicado cuello de ella, pero ahora esa mujer lo había tirado a la basura.

En ese momento, sonó una notificación. Miguel tomó su teléfono y abrió el mensaje de Jenny. En la foto, el rostro de Santiago resultaba particularmente irritante. Seguido
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