Iris terminó por irse a su apartamento, dijo que tendría que arreglar la ropa que iba a usar el día de mañana, yo moría de hambre y Alejandro no era la excepción, al abrir la refrigeradora me encontré con algunas compras.
_ Iris pidió unas cosas a domicilio, iba a cocinar cuando llegaste, pero decidió irse.
_ Yo prepararé algo.
En la refrigeradora había carne, era de primera calidad y muy cara, tomé algunos condimentos y la preparé para hacerla salteada, agregue unos vegetales y una ensalada césar, serví dos copas de vino y nos sentamos a cenar.
_ Esto está delicioso.
Generalmente no estaba de acuerdo con la violencia, pero habían personas que se merecían esto y más, Dustin tenía dos caras, me mostró ambas conforme pasó el tiempo, sin embargo supo hacer su jugada porque al inicio era un hombre dulce y atento._ Disculpame, por mi culpa tuviste problemas._ No digas tonterías _ él tomó mis manos y me hizo verlo _ no podía quedarme quieto viendo como alguien te ataca porque estuviste conmigo íntimamente, incluso si no lo hubieras estado, no me gusta que las personas juzguen a otras sin siquiera saber el trasfondo de las cosas.Besé los nudillos de Alejandro, él deslizó su mano en mi rostro, me hizo verlo y me snrió dulcemente, en sus claros ojo
Me reí nerviosamente, Iris me llevó a desayunar a un pequeño restaurante que quedaba cerca, pedí waffles y leche tibia, mi hermana pidió fruta con granola y jugo de naranja._ ¿Estás bien? _ le pregunté ya que la miraba preocupada _ ¿En qué tanto piensas?_ En la reunión con el señor Egemen, es un hombre demasiado fastidioso y complicado, me sorprende que en pleno siglo 21 exista alguien con creencias tan absurdas._ No te preocupes _ llegó nuestro pedido y agradecí, una vez que el camarero se marchó retome la plática _ sé cómo manejar a Egemen, me haré cargo de él._ Eso es lo que más me mole
Alejandro asintió y después de un rato nos separamos, me senté nuevamente en el sofá de cuero y él se fue a su escritorio. La señora Agnes entró y anunció al famoso señor Egemen, un hombre con un traje gris hecho a la medida hizo presencia, todo su cuerpo emanaba una autoridad muy grande, él era un hombre mayor pero con unos ojos tan vívidos como los de un joven aunque el desprecio hacía las mujeres era demasiado obvio._ Señor Egemen _ Alejandro lo saludo _ por favor tomé asiento.Él tomó asiento, miraba a Alejandro con autoridad aunque en sus ojos no había nada de desprecio, me quedé sentada en el mismo sitio y guardé silencio._ Quise hablar contigo a solas, no esperaba que t
Reí y lo besé, ambos nos abrazamos y así quedamos por un buen rato, llegó el mediodía y almorzamos algo ligero. Al llegar el atardecer fuimos al mirador pero Alejandro no tenía la vista que yo tenía._ No te preocupes, puedo verla desde aquí._ Definitivamente esa no es una opción, ven.Yo lo levanté, mis manos se pusieron en su trasero y aunque a los dos nos dio vergüenza no pasó a más, lo puse en pie mientras se sujetaba de la reja de metal que nos rodeaba, su brazo fue a mi cuello y mis manos se posaron en su cintura._ Es hermoso, gracias por el día de hoy Zaya. Decidí irme al cuarto, respire profundamente y me senté en la cama, tocaron a mi puerta por lo que fui a ver quién era, se trataba de Iris._ ¿Puedo pasar?La dejé pasar, ella se sentó a mi lado y tomó mi mano, suspire profundamente y sonreí triste. Tonta de mí que pensó en algún momento que Alejandro iba a olvidar el supuesto error que cometí._ Anda, dime que soy una descarada que se mete con sus pacientes, puedo tolerar también tus ofensas, es una raya más al tigre después de todo._ No vine a ofenderte, me molesta que pienses así, Zaya en el corazón no se manda y no soy quien para juzgar a los demásCapítulo 25
Mientras pensaba las cosas escuché que un auto llegó a la propiedad, traté de acercarme lo más que pude a la ventana y miré al doctor Montecristo.ZayaLuca llegó con las provisiones que le pedí, me preguntó porque estaba en ese sitio y no en la mansión de los Montalvo, le conté lo que había pasado y él suspiro._ En conclusión estas en problemas por mi culpa, lo siento demasiado Zaya._ No se tiene que preocupar, esto era de esperarse, aunque sinceramente no esperaba que fuera tan pronto._ Tratemos de cambiar de tema, no quiero verte triste, soltaré los puntos de
ZayaAl día siguiente que me desperté miré que en la puerta había una bandeja con un desayuno servido, Iris es una necia, pero bueno, no puedo desperdiciar la comida. Fuí a la cocina y al levantar la tapa de la bandeja me sorprendí por lo que veía, un desayuno mal servido y quemado en ciertas partes era lo que venía, al lado estaba una pequeña nota._ Lamento por el desayuno desastroso que estás viendo, lo preparo Alejandro y no dejo que lo ayudara, quiere pedirte perdón pero sinceramente creo que solamente está empeorando las cosas, si quieres comer algo solo ven, se despide. Iris.Reí por lo que Alejandro había hecho, no tenía el corazón para tirar lo que cocino con tanto esfuerzo, comí lo que hizo, a pesar que se mir
Iris probablemente no vendría temprano o quizás ni dormiría en la mansión, Alejandro asintió y subió, decidí acompañarlo en el elevador que en cuestión de segundos se abrió mostrando la segunda planta._ Muchas gracias por la charla, señor Montalvo, iré a dormir.Alejandro se quedó en la puerta de su cuarto y espero que entrara a la habitación que se me fue designada, intenté abrir pero la cerradura tenía seguro, él me miró y se acercó._ ¿Iris te dio la habitación de nuestros padres? _ yo asentí y pregunté si había algún problema _ no, no hay ningún problema, solo que me sorprende, ella siempre cuido ese cuarto, no se lo habría dado a cualquiera, estoy seguro que tomó una buena decisión, la recámara de mis papás no podría estar en mejores manos.Las palabras de Alejandro me hicieron sentir especial, sonreí ante su comentario, quizás si en el pasado él se hubiera enterado de esto, se habría opuesto, pero en la actualidad las cosas no eran así._ Pe