Emilia fue dada en alta luego de varios exámenes para confirmar que todo esté bien. Teresa se mantuvo en el hospital para acompañarla. Ambas se mantuvieron en completo silencio durante el camino al castillo. Teresa observaba de reojo como Emilia se limpiaba las lágrimas disimuladamente. Aunque su rostro no emitía ninguna emoción, ninguna expresión. Se veía neutra y seria. Al llegar encuentran el salón donde estaba el banquete destrozado, Teresa sabía que eso era obra de Henry, salió muy molesto del hospital. Emilia fue acompañada por Susan hasta su habitación en la tercera torre y Teresa observo esto. —¿A dónde se supone que van? —La llevo a su habitación, su majestad. —¿Emilia duerme en la tercera torre? —Siempre ha dormido ahí. Teresa quedó perpleja, pensó que ella dormía junto a su esposo, como debería ser, un matrimonio compartiendo un cuarto. Pero resulta que ahora ambos están distanciados por algo más que una cama. Susan llevó a Emilia a su habitación y al llegar se di
Perspectiva de Dante.Mientras que mi padre preparaba todo para pintar al rey Henry yo aproveche para detallar el castillo, solo estuve una vez cuando era niño y mis recuerdos sobre este lugar son muy borrosos, como todo niño de diez años se aburre fácil de las cosas.Todos tenían puesta la atención en el nuevo rey, así que me siento bastante libre de recorrer todo, camine por los pasillos hasta toparme con un corredor que me llevaba al jardín trasero del castillo, al adentrarme me sorprendió un hermoso laberinto de arbustos.Me adentre al laberinto como un niño pequeño, intentando descifrar si es fácil o no salir de ahí, pero como era de suponerse me perdí entre tantos cruces y hojas verdes.Miré arriba en señal de rendición, cuando el reflejo de una ventana me cegó de pronto, coloque mi mano en forma diagonal en mi frente para taparme del sol y observar que hay dentro de esa ventana, es una mujer.Una diosa hecha mujer, cabello rubio, piel blanca y me está haciendo señas de cómo sal
Emilia admiraba con gracia como aquel chico de aspecto sencillo caminaba confundido entre los pasillos verdes del laberinto en el jardín.—Que tonto— susurro Emilia, mientras dejaba salir una sonrisa.— ¿De qué hablas? — cuestiono Susan, mientras doblaba la ropa limpia de Emilia.—Hay un chico perdido en el laberinto.Susan dejo los trapos en la cama y corrió hasta la ventana, echo un vistazo.—Es lindo— golpeando el hombro de Emilia.—Tiene su encanto— confiesa Emilia, mirándolo. — ¿Quién es?—Creo que es familia del pintor. — Susan continúa doblando la ropa.— ¿Pintor?—Sí, hoy vinieron los pintores de la realeza a enmarcar la tonta cara de Henry en un cuadro enorme, su ego no es lo suficientemente alto.Emilia noto que el chico miro hacia su dirección, y comenzó a guiarlo con el dedo índice, indicándole donde tenía que ir para salir de ahí.Verlo tan perdido y guiándose por ella le hizo mucha gracia, no podía evitar sonreírle al chico que cada tanto miraba hacia ella para comprobar
La familia Herrera se tuvo que quedar este fin de semana en el castillo por que el cuadro aún tenía detalles por retocar, y los Herreras viven bastante lejos, un cuadro tan grande llevaba mucho trabajo, así que les permitieron alojarse estas dos noches en una de las habitaciones principales de la primera torre, así podían terminar el cuadro con más calma los próximos dos días del fin de semana.Henry admiraba su cuadro con profunda emoción, su sueño por fin había llegado a materializarse, una corona le daba el poder absoluto en todo el continente Americano, asi que se sentía como el hombre del momento.Tenía acceso ilimitado a todo lo que él quisiera, olvidándose por completo de su esposa Emilia, a la cual decidió mantener al fondo de todo, junto con su madre.Teresa llega a la oficina de Henry, donde este admira todavía su cuadro.— ¿No tienes modales madre? Debes tocar primero— advirtió Henry.—No tengo que tocar, esta fue mi oficina por muchos años…—Y ahora es mía, — se levantó de
Emilia se mantuvo caminando de un lado a otro, ansiosa, nerviosa, inquieta.— ¡Ya mujer! Harás una zanja en la habitación. — refuta Susan.—No sé qué hacer, ¿debería ir? ¿Debería continuar con esto?— ¿Ir a dónde? ¿De qué hablas?—Bueno, por tu estúpido juego de hacer que ese chico entrase al laberinto conmigo… supongamos que le confesé que voy ahí cada noche y dijo que él vendría— se cubrió la boca luego de decirlo y se lanzó a la cama por los nervios.— ¿Cuándo pensabas decírmelo? Eres una tonta— Susan tomo la almohada y le golpeo suavemente la cabeza.—Esto es tu culpa— se levantó y la miro despectivamente.—Yo solo quería que charlaran, ustedes solos se invitaron a salir de nuevo— dice Susan mientras se ríe.— ¿Te parece gracioso? — Le lanzo la almohada en la cara.—Emilia, no pasa nada— se acomoda el cabello— es solo un chico.—Sabes que no es solo por el chico— se levanta de la cama y observa por la ventana— no es una situación normal, no es como si coquetear con él signifique e
Dante regreso a su habitacion con la mejor de las sencaciones, los labios de Emilia reposados en los suyos se sintieron como pequeños pedacitos de nube en su rostro.La mirada tierna de Emilia solo le incitaba a pecar de todas las formas posibles.«Estoy enamorado, muy enamorado de Emilia…» Penso Dante antes de cerrar sus ojos y dormir.La ex reina Teresa no podia descansar, se sentia preocupada por su hijo, asi que le ordeno a su fiel sirvienta; Camila, que vigilara a Henry en el castillo y cuando este se marchara le avisara.Justo asi hizo, Camila siguio con sigilo los pasos de Henry y cuando se marcho, fue corriendo hasta la segunda torre para contarle a Teresa.—Eres muy fiel, Camila, no sé qué haría sin ti— le comenta Teresa.—He trabajado durante muchos años para usted, la seguiré a donde me indique.Teresa camino directamente hasta la habitación de Henry, rebuscando entre las gavetas, revisando papeles, documentos.— ¿Qué buscamos exactamente, su majestad? — pregunto confundida
Llego la noche y como ya era costumbre Emilia esperaba ansiosa la hora de ver a Dante en el jardín, Dante había planeado meticulosamente un plan para verse aunque este ya no estuviera en el castillo.Hizo un hueco por debajo de los muros, lo suficientemente estrecho como para poder entrar y salir, cayendo de forma directa al laberinto del jardín.El padre de Dante piensa que su hijo está haciendo un trabajo de pinturas en una mansión cerca del castillo, esa mentira fue la excusa perfecta para que Dante se pudiera quedar más tiempo cerca de Emilia.Mientras que Héctor se regresó a su casa en el campo, Dante alquilo una habitación en una cabaña de turistas cerca del castillo, así poder ver a Emilia cada noche, como lo planearon.Emilia corrió hasta el jardín, observando a su amado (un poco cubierto de tierra), abrazándolo sin importarle nada más, ambos se dieron un beso, el más cálido bajo la luz de la luna.—Pensé que no vendrías, ya que no se quedan en el castillo—Yo jamás te dejaría
Teresa se mantenía vigilando los movimientos de Henry, el cual cada día estaba más hundido en el alcohol y las drogas, logrando estar en la cama durmiendo por casi un día entero.Camila se encargaba de revisar en la oficina de Henry para chequear que ese sobre rojo siguiera sellado, cuando de la nada siente que alguien cierra la puerta de la oficina de un solo portazo.— ¿Qué haces en mi oficina?Camila se endereza rápidamente sin poder cerrar el cajón que estaba revisando.—Su majestad… No es lo que parece.— ¿Ah no? — se acerca a ella y ojea el cajón. — ¿no estas revisando mis cosas?Camila niega con la cabeza, al mismo tiempo que sus ojos comienzan a ponerse vidriosos, sabe perfectamente que acaba de cometer un error.—Déjame adivinar…— se le paro en frente— ¿mi madre te mando a espiarme?Camila niega de nuevo. Henry la toma por el cuello, afincándola de la pared, apretando todos sus dedos, logrando que se le dificulte respirar.—Odio las mentiras incluso más que a las escorias esc