Kate había notado en la voz de John cierto tono lastimero dentro de su personalidad orgullosa que le hizo reflexionar, cuántas veces pasó por situaciones en que se sentía sola, pero ella contaba con una familia amorosa en quienes refugiarse, quizá el no.

Así que si ánimos de sentir lástima pensó en que quizá necesitaba una amiga o alguien con quién conversar una que otra vez, la depresión, soledad no eran buenas consejeras y aún más con su tipo de trabajo, así que le daría una oportunidad de conocerlo antes de juzgar la situación.

— ¿Lo dices enserio?, después que te dejé plantada, ¿no me mandarás al cuerno aunque me haya excusado?— , preguntó sorprendido.

— Diremos que por ahora estamos en un lapso de paz, empezamos con mal por pero algún día cuando nos encontremos no estaría bien guardarnos rencor, eso sí me debes una.

— Es una promesa.

— Supongo que no tendrás oportunidad de asistir al matrimonio de Alexa, así que dejaré tu camisa con ella para que cuando regreses puedas buscarla.