34. Mi profesor
Apenas llegó a la mansión el ama de llaves le recibió, — Buenas noches, tengo un mensaje de la señora para usted.
— Buenas noches, si dígame por favor.
— La está esperando en la sala en este momento.
— Está bien, no tienes que acompañarme sé dónde queda.
— De acuerdo.
Alexa caminó calmada sin hacerse expectativa pero era claro que la conversación no sería de amigas, — Buenas noches me dijeron…
— Si, que te estaba esperando, no hace falta tanto formalismo, no hace falta que te sientes lo que te diré será rápido.
— Qué así sea entonces.
— Está conversación es entre tu y yo, entre mujeres y por eso no fingiré que no me desagradas.
— Lamento que se sienta así intentaré cruzarme lo menos posible con usted.
— Mejor mostremos nuestras verdaderas caras, desde ya debes saber que al estar en mi casa estás en mi terreno y no soy alguien con la que se deba jugar.
— ¿Es una amenaza?
— No es una advertencia, espero que no seas de las que correrás a acusarme y que aguantes lo que se viene pues al fi