Apariencias
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Por: Jenna Berni
Prólogo

Me siento traicionada por la persona más importante para mí, persona a la que en su día apreciaba. Tomaste tu sola una decisión que no solo era de tu correspondencia; te fuiste y me dejaste con un dolor que no creo poder superar; hiciste lo más rastrero que se le puede hacer a una persona, le cambiaste las sonrisas que te regalo por lagrimas que no cesan; me dejaste sola, hecha un collage de emociones que no me correspondían y todo esto lo causaste al tomar una mala decisión.

Te odio porque te llevaste todo lo bueno y a mí me dejaste con lo malo, con la tristeza, frustración y dolor que tu querías hacer desaparecer; te llevaste mis ganas de comerme el mundo junto con mis metas y sueños y me las cambiaste por noches largas llenas de llanto, me dejaste sin aspiraciones y esperanzas para un futuro en el que ya no estarás y eso me hace convertirlo en indeseable.

Me dejaste con la incógnita de saber si yo te pude haber ayudado y tú te quedaste con la elección de poder elegir dejándome a mi sin opciones, tomaste una decisión que cambio más de una vida y rompiste las promesas que un día me hiciste. Te fuiste como una cobarde, y una mala amiga, de hecho, no te mereces ni el título de amiga porque a alguien que te quería tanto como yo no se le traiciona de tal manera.

Te detesto más que a nadie porque me convertiste en alguien que odio con todo mi ser.

 Ya ni reconozco a la persona reflejada en el espejo, cada vez que me miro me doy asco, pena y vergüenza ajena; haces que cada día me sienta inútil, inservible, sin autoestima sin nada bueno para destacar. No tengo nada bueno para ofrecer a este mundo y eso hace que me sienta peor, aun sabiendo que no me quedan fuerzas ni para cambiar.

¿Por qué sigo aquí?

Esa es una de las preguntas que desde entonces sigue dándome vueltas en la cabeza y de las que todavía no he hallado respuesta.

Por qué sigo aquí, si ya no le veo sentido el seguir jugando a este juego al que llamamos vida, no me quedan ambiciones que perseguir ni una persona a la que querer mejorar, ya no siento ese deseo de hacer feliz a los demás. Solamente queda de mí una persona destruida por la que solía ser su mejor amiga, una persona llena de negativismo sin ganas de mejorar nada. El mundo ya está abarrotado de personas como esas que no le hacen ningún bien.

Después de todo puede que estuviéramos formulando mal la pregunta, no es ¿por qué lo hiciste? Sino ¿por qué no hacerlo?

Porque no hacerlo si no tienes nada bueno que ofrecer de cara al futuro, si no tienes esas ganas de comerte el mundo, esas esperanzas de querer mejorarlo y esa ambición de querer cumplir tus sueños, ¿entonces que tienes para ofrecer?

Nada

Ahí es cuando me di cuenta de que el mundo no necesita más dolor, sufrimiento, ira, rechazo, ahí fue cuando entendí tus motivos que ahora se convirtieron en los míos.

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