Capítulo 1

                                    «tripa vacía, corazon sin alegría»

9 MESES ANTES

Abro los ojos, me encuentro nadando en aguas tibias…

Relajante.

Yo no sé nadar…

Angustiante.

Siento que me ahogo…

Pánico.

Pataleo, lucho, por mantenerme en la superficie…

Impotencia.

Lo consigo, consigo prolongar unos segundos más mi vida…

Orgullo.

Una fuerza extraña me impulsa hasta el fondo…

Terror.

El agua dificulta cada vez más el intercambio de gases…

Asfixia.

Pataleo, intento zafarme, pero no puedo, es demasiado fuerte…

Inútil.

No puedo aguantar más la respiración, necesito oxigeno…

Angustia.

Cedo ante el deseo…

Insatisfacción.

El agua poco a poco se introduce en mi sistema…

Ardor.

Dolor.

Dol..

Me despierto, sudada, dando grandes bocanadas de aire todavía conmocionada por la pesadilla que acabo de tener, me vuelvo a tumbar en la cama apoyando mi cabeza en la almohada y frotándome la cara. Miro hacia la ventana buscando en el cielo la luna, luna que casi no se ve por culpa del amanecer.

¿pero qué hora es?  digo para mí misma mientras miro el reloj rojo que adorna mi muñeca

¡¿Las siete y cuarto?!

Me levanto rápidamente y me dirijo a la cama de Elsie a despertarla, pero está vacía, salgo de la habitación en su busca, pasando por el arco que da comienzo al salón, al ver que no esta salgo por la puerta que hay en frente dando paso al patio, y al ver la luz del baño encendida me dirijo a ver, y ahí está.

- ya se levantó la fea durmiente- dice pasándose la plancha por el pelo

El que lo dice lo es con el culo al revés

- me podrías a ver levantado- le digo ya que al verla es obvio que se ha levantado con tiempo

- podrías- dice pensativa- segunda persona del singular, condicional del indicativo

 Al ver que está más repelente que ayer pero menos que mañana le cierro la puerta y rápidamente me encamino hacia nuestra habitación a vestirme, por suerte para mí, con la poca ropa que tengo no tardo casi nada y en menos de lo que canta un gallo estoy lista.

Cuando termino, vuelvo al baño, no me molesto en peinarme únicamente agarro la primera goma de pelo que encuentro y …

- se llama antes de entrar- dice mi hermana molesta, que se encuentra haciendo pipi

Hay que ver lo que tarda la señora en utilizar el baño

- no hay tiempo para tonterías – digo despreocupada- tampoco hay mucho que ver

Puedo ver como mi respuesta le indigna antes de tirar la cisterna e irse, sin embargo, no me contesta y eso me desconcierta en cierto modo, ya que ella suele contestar con otro de sus tontos insultos.

En fin, decido no darle más importancia al asunto y seguir con lo mío.

Al final logro hacerme un moño pasable, pero no me da tiempo a salir bien por la puerta cuando noto el primero mechón caerse sobre mi frente.

-es en serio - espeto enfadada.

No si te parece es de mentira

Claramente hoy no es mi día así que me lo deshago antes de que por si solo se estropee, volviendo así a mi fiel amiga `` la coleta`` que nunca me decepciona.

A toda prisa regreso de vuelta al cuarto a por mí mochila, la cojo y me la cuelgo de la espalda, antes de salir me dirijo hacia mi otra hermana, la pequeña, y le doy un beso en la frente a modo de despedida.

Sin duda alguna se merece lo mejor del mundo

Aunque pensándolo mejor todos nos merecemos lo mejor, todos merecemos estar en una familia en donde seamos queridos, donde nos apoyen en nuestros sueños, donde podamos ser nosotros mismos, básicamente tener un buen entorno familiar sin gritos ni peleas de por medio.

Salgo por la puerta y me encamino hacia el salón, al llegar con lo primero que me encuentro es con un cuarentón durmiendo en nuestro sofá e impregnando toda la sala con un apestoso olor a alcohol.

No me sorprende en absoluto, de hecho, tengo que decir que me lo esperaba, puesto que anoche mi madre no llego a dormir, y además no es la primera vez que me encuentro con desconocidos durmiendo en el sofá, normalmente suelen ser sus ligues de una noche o sus clientes, aunque casi siempre son lo primero.

No le presto demasiada atención y decido enfocarme en lo más importante que es no llegar tarde a clase.

Ubico rápidamente a Elsie que se encuentra sentada en otro sofá de los tres situados en forma de “U” y como no, mirando su queridísimo móvil. Al notar mi presencia se levanta y se encamina hacia la puerta.

- pero ¿qué haces? - le pregunto al verla darse media vuelta y dirigirse hacia el extraño, le rebusca en los bolsillos sacándole la cartera y llevándose un billete de cincuenta de ella.

Y yo que pensaba que tenía dos neuronas

Una vez fuera y la puerta cerrada, me tomo la libertad de mirar nuevamente el reloj, que marca las siete y veintinueve.

-m****a- digo girándome hacia mi hermana- ¡corre que no llegamos! - le exclamo mientras tiro de su brazo para empezar a correr.

Ya casi estamos llegando a la estación y me doy cuenta de que el autobús sigue ahí, y sin darme cuenta una sonrisa de felicidad se me dibuja en la cara.

Dicha sonrisa no tarda en desaparecer al ver a nuestro transporte yéndose sin nosotras.

De treinta días que tiene el mes solo hay un día bueno y claramente el mío no es hoy.

- no me digas que pensabas ir así- dice Elsie

Sigo su mirada que desemboca en mis pies, y me doy cuenta de que llevo los zapatos al revés con calcetines diferentes.

- es la nueva moda asimétrica- le digo con indiferencia.

- aja seguro- contesta- y lo de llevar el jersey del revés que es la nueva moda de los tontos o que- termina de decir sin despegar los ojos del móvil

La vergüenza me carcome por dentro al darme cuenta de que es verdad, así que únicamente me lo quito quedándome en el chaleco de tirantes negro que llevo debajo y me lo vuelvo a poner, esta vez del derecho, aprovechando también para ponerme los zapatos bien, por último, reviso el no llevar los vaqueros al revés o algo por el estilo antes de emprender nuestro nuevo camino a casa.

Me hubiera gustado el poder ir a clases ya que entonces le voy a tener que pedir los apuntes y deberes a alguien y eso significa el tener que entablar conversación con alguien que me cae mal, a parte tengo que ver que excusa le puedo poner a mi madre.

Estando a tres casas de llegar a nuestro destino, la vida parece concederme un milagro, milagro que llega en forma de señora preguntando lo siguiente:

- ¿Queréis que os llevemos? - pregunta ella, una señora de pelo castaño de corte Bob, junto con unos ojos color Amber y con algunas arrugas correspondiente a su edad, desde su coche gris - supongo que vais al instituto y viendo la hora que es…

- sí, por favor- digo casi sin pensármelo.

Y digo casi porque he pensado en que nos podrían secuestrar, pero inmediatamente he descartado la idea al darme cuenta de que no tenemos nada bueno para ofrecer, me refiero dinero para un rescate no tenemos, para dos menos, así que los secuestradores serian demasiado tontos, aunque pensándolo bien, nos podrían prostituir.

Para cuando estoy empezando a arrepentirme de mi respuesta apresurada, ya es demasiado tarde al verme sentada con mi mochila entre las piernas, con mi hermana a mi lado y como a la señora de conductora.

No nos van a secuestrar, además de lo pesadas que somos seguro que nos devuelven a los dos minutos, me digo a mí misma intentando tranquilizarme, y al ver que no me funciona decido intentar otra cosa.

Llevo diez minutos fijándome en como conduce la señora, al parecer lo hace de maravilla y no es ninguna vieja loca que secuestraria a adolescentes para después tirarse por un barranco y lo digo porque ya pasamos por al lado de uno y ni se paró ni disminuyo la velocidad.

Eso me deja más tranquila ya que dinero para hospitales tampoco hay

Al darme cuenta de que son solo paranoias mías decido relajarme y ponerme a fantasear con el que me gusta.

La vibración de mi móvil me saca de mis pensamientos y rápidamente me dirijo a sacarlo del bolsillo delantero de mi mochila, lo enciendo y me doy cuenta de que tengo dos mensajes

SMIGOR

- si nos secuestran por tu culpa te juro por Birdie que hago un trato con los secuestradores para que solo vendan tus órganos y a mí me dejen libre

- ah y MAMA se enterará de esto así que vete preparando

No entiendo muy bien lo que Elsie quiere decirme con esos mensajes.

 ¿acaso ha visto algo que yo no?

Me giro hacia ella en busca de respuestas a lo que ella solo responde señalando con sus ojos al asiento delantero.

Asiento que creía que estaba vacío, pero aparentemente no, muevo cuidadosamente mi cabeza hacia la derecha permitiéndome ver mejor lo que hay delante o mejor dicho a quién hay.

Con razón Elsie estaba tan callada y ahora que me doy cuenta no hay ningún barranco de camino al instituto y para empeorarlo las puertas tienen el seguro puesto, todo esto apunta a un secuestro y la adolescente de pelo negro desmayada en el asiento de delante lo corrobora.

Ahí te voy San Pedro

Una ola de pánico me abarca o mejor dicho un tsunami, ¿qué se hace en estos casos?, debería taparle los ojos a la conductora o ahorcarla con el cinturón y hablando de cinturones, porque ella lo lleva puesto y yo no, será porque se quiere tirar por un barranco.

Cálmate

Tengo razón, tengo que calmarme, es obvio que el pánico no me deja ver las cosas como son, decido abrocharme el cinturón por las dudas, hacer como que nada ha pasado y esperar a ver qué pasa.

Después de cinco minutos que se me han hecho eternos, llegamos al instituto, al parecer la secuestradora se ha dado cuenta de que no somos de lo mejorcito que podría secuestrar, y aun así nos ha traído a nuestro destino, que buen servicio, aunque bueno podría haber llevado a su principal víctima en el maletero y ahorrarme el susto.

Pero que tonterías estoy diciendo debería agradecer que estoy sana y salva después de haber tomado esa estúpida decisión.

- bueno ya hemos llegado, por cierto, me llamo Carol -dice la conductora terminando de aparcar.

- yo soy clara y ella yema- contesto e inmediatamente abro la puerta al ver el seguro quitado, tiro de mi hermana para que las dos podamos salir y nos alejemos de esa especie de coche del terror que hace que te tiemble hasta los pelos del culo del pánico que sientes.

- ¿clara y yema? - exclama Elsie indignada

- lo siento la próxima vez pensare en nombres más originales

Lo cierto es que como alguien no me ha levantado no he tenido tiempo de desayunar, a parte no sé de qué se queja clara y yema me parecen nombres geniales.

- aunque bueno en todo caso yo sería la clara deliciosa del huevo y tú la yema amarillenta y asquerosa

Quisieras querida

Me pregunto qué cara se le pondrá al saber que a Zack le gustan más las yemas que las claras, pero decido guardarme ese as bajo la manga al verla dirigirse hacia su novio que la está saludando con la mano, ya que como dicen por ahí la venganza es helado.

Después de dos horas intensas de matemáticas, le sigue una de literatura, por suerte la profesora se enrolla más que una persiana y hace que el hambre sea más llevadera.

Cinco minutos antes de que la clase acabe oigo a Leslie y Mirella murmurar, así que como buena cotilla entrometida que soy deslizo mi silla un pelín para atrás enterándome así de toda la conversación.

- illa Ana de la otra clase lo ha dejado con el Martin- dice Leslie

 Que fuerte

- madre mía, no pensaba yo que la tontería de la sudadera fuera para tanto - exclama Mirella sorprendida

- que va si por eso no fue, si se lio con el mejor amigo- contesta Leslie casi susurrando cuando se da cuenta de mi presencia

Lo que no sabe es que mis oídos han adquirido el pack de cotilla aficionada que incluye poder escuchar susurros hasta un metro y medio de distancia así que prácticamente no le sirve de nada.

Antes de que pueda enterarme de algo más el ensordecedor sonido del timbre nos interrumpe indicando que es la hora del recreo, así que rápidamente me dispongo a recoger mis cosas y…

- para la próxima clase quiero un trabajo del autor británico Jaus Laren del siglo… - dice la profesora a la que no le da tiempo acabar su frase al verse interrumpida por unos quejidos de disgusto de la parte trasera- XVI y además contara el ochenta por ciento de vuestra nota final, que tengáis buen fin de semana.

Y con esto y un bizcocho ojalá te caiga un rayo en el chocho

Ni me molesto en seguir recogiendo mis cosas únicamente agarro mi mochila y me voy al patio.

He tenido la suerte de poder encontrar un banco donde sentarme y cuando estoy dispuesta a acabar con mi voraz apetito una chica de ojos marrones me interrumpe

- ¿me puedo sentar? - pregunta muy amablemente señalando la parte del banco que está vacía

 Por su manera de vestir de vaquero con camisa y convers aparenta ser la típica finolis y yo con esa clase de personas arrogantes no quiero tener nada que ver, le contesto con un simple y claro no, cosa que no parece entender cuando de todas formas se sienta en el banco.

- te he dicho que no – contesto sin mirarla

- es que el banco no es tuyo – contesta, pero inmediatamente gira la cabeza hacia su izquierda y la escucho exclamar para sí misma un, m****a Lanie así normal que no hagas amigos.

Me rio ante su exclamación y ella al darse cuenta se gira y se ríe también.

- ¿a qué clase vas?, nunca te había visto por aquí- pregunto con intriga dándole un gran mordisco a mi bocadillo

- soy nueva

¿Nueva? Estoy segura de que su cara se me hace conocida pero no sé de que

- bueno los primeros días es difícil pero ya te acostumbraras- digo sin más - por cierto, yo soy…

- Jana y mi bocadillo – dice Elsie interrumpiendo nuestra conversación

M****a con las prisas se me ha olvidado hacerle el suyo

- ­¿quieres la mitad? - digo ofreciéndole la parte sin morder

- no, lo quiero todo- dice detonando autoridad

Para evitarme problemas decido dárselo sin más, total cuanto falta para irnos a casa ¿2? ¿3? Horas, eso si no me muero en el intento.

Al ver que ha conseguido lo que quería se va, consiguiendo que me ponga de mal humor, así que me despido de Lanie poniéndole una tonta excusa.

Una vez acabado el recreo le sigue una materia en la que no hacemos nada y eso la convierte en una de mis favoritas “filosofía “.

Al llegar nuevamente a clase me siento en mi sitio a esperar a que pasen lista para después poder ponerme a mirar por la ventana

 Diez minutos después, me encuentro en mi mundo de yupi en donde todos somos felices y regalan chocolate por la calle cuando el <<toc toc>> de la puerta me saca de mis pensamientos y veo que no solo a mi cuando me doy cuenta de que toda la clase nos encontramos mirando hacia la puerta.

- adelante- dice el profesor provocando que la puerta se habrá y de paso a la misma chica con la que hable en el recreo.

- buenas tardes ¿es este el curso de Mercedes Aguirre? - pregunta ella muy amablemente

- sí si pasa - dice mientras se saca un pendrive del bolsillo- toma dile que se lo dejo en la sala de profesores- termina de decir entregándole el pen

- eh no, no yo soy nueva y me han dicho que esta es mi clase- dice mientras nos mira y dándose cuenta de que todos estamos pendientes a su conversación

- ah sí sí, Lara ¿no se suponía que ya deberías de haber estado aquí? 

- Lanie Campton– le corrige- y si hace como dos horas, pero Carol necesitaba ayuda.

- ¿dos horas?  eso va a ser un retraso o mejor dicho doce retrasillos - dice a modo de chiste y se empieza a reír, pero al ver que nadie entiende su intento de “chiste” intenta disimularlo tosiendo- bueno ya está bien de perder clases, Lari siéntate donde puedas.

Ante su respuesta ella pone los ojos en blanco como si ya estuviera harta de que confundieran su nombre y se dirige al único asiento libre que es el de enfrente mía.

- ¿esto va a ser así todo el año? Porque no creo que pueda aguantar mucho- me pregunta como si fuéramos amigas y no unas simples desconocidas que solamente han intercambiado unas cuantas palabras, una vez que ya se ha acomodado con la espalda apoyada en la pared.

- vete preparando- le contesto desganada mientras mi estomago ruge, y ella suelta un suspiro largo, me rio internamente, aunque la entiendo puesto que a este mismo profesor le estuve insistiendo como dos años enteros para que pronunciara el ja de jana como lla y no como ja de jarrón.

Creía que iba a ser una clase relajante en la que no íbamos a hacer nada, pero la voz del profesor me va taladrando los oídos cada vez más volviéndose completamente molesta, y los rugidos cada vez más seguidos no ayudan nada, así que me cruzo de brazos apoyando mi cabeza en ellos, a la espera de que pase el tiempo más rápido.

-psss- me llama mi compañera de delante y no le hago caso- ¿quieres? - me pregunta y levanto ligeramente mi vista hacia la mochila amarilla que yace en el suelo, donde se encuentra su mano mostrándome un paquete de galletas de chocolate que inmediatamente me hacen la boca agua.

- si- le susurro e inmediatamente se agacha y con las dos manos abre sigilosamente el paquete mientras que por mi parte toso para que nadie se dé cuenta, cuando por fin lo abre se las coloca en la mano y me da la mitad, me las como una a una saboreándolas lo más que puedo y aunque sean diminutas están exquisitas.

- gracias- le digo

- Lari esto no es un bar para estar de chachara con los amigos y siéntate bien que la pared no necesita ser sostenida-le riñe el maestro y se sienta derecha.

Al parecer el señor chistecitos se ha enfadado

Una hora y media después nos avisan que nos podremos ir a casa antes ya que la profesora de la clase de última hora ha tenido un contratiempo. Una vez en la salida del instituto, le mando un mensaje a Elsie informándola para que no me espere y al mirar el horario de autobuses me doy cuenta de que el próximo pasa dentro de quince minutos, así que a esperar se ha dicho.

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