Vayolet fue a su habitación, ella comenzó a llorar, había tenido un día tan agradable, en ocasiones quisiera salir huyendo de casa, sólo su padre era quien le preocupaba, ella lo quería mucho, sabía que al casarse, el se quedaría sólo, y temía eso.

-Hija, Vayolet, estás ocupada.

Su padre tocó a la puerta.

Ella rápidamente limpio sus lágrimas y respiro profundo.

-No padre, pasa.

-Hola pequeña, sólo quería saber como había ido todo.

-Bien padre, sabes August me presento a sus padres, los Reyes son personas muy amables, me atendieron muy bien.

-Me alegro pequeña, ellos nos conocen, somos una buena familia, pero entonces dime, por que lloraba.

Vayolet, no quería decirle nada, ella no quería provocar problemas, así que mintió.

-Es que como demasiados postres y mi estómago está pagando las consecuencias.

-Entonces iré a que te traigan algo para el malestar, segura sólo es eso, ese August no se pasó de la línea.

-No padre, August es un caballero, es muy amable, y sencillo, el no me hizo nada