[SEBASTIEN]
Zami y yo, apenas hemos dormido, pero eso no me impide disfrutar de este primer cumpleaños con mi hija y con la mujer que amo. El día ha iniciado con un desayuno en la cama hecho por mis dos amores y continuamos con un almuerzo frente a la playa.
Mi queridísima prometida, no me ha querido dar su otro regalo de cumpleaños aún, según ella me lo dará esta noche durante la fiesta. Mi hija, en cambio me ha hecho un regalo que me ha sacado lágrimas de emoción. Es un regalo sumamente sencillo, pero demasiado significativo. Es un cuadro con una foto nuestra y la frase "Haberte encontrado ha sido lo mejor que me ha pasado, te amo papá."
No entendería si me dijesen que esta no es la felicidad absoluta. Las observo preparar los últimos detalles para la fiesta y me siento el hombre más afortunado del mundo. —Hermanito, pero ¿qué haces a
[SEBASTIEN]Días después: 10 de junio Que me llamen loco, pero estos diez días lejos de mi futura esposa y de mi hija se me han hecho eternos a pesar de la adrenalina que causa cada partido y entrenamiento. Cada habitación de hotel en estos días ha sido testigo de la emoción que me causo leer cada carta que me ha escrito cuando estaba embarazada de Rocío. Me las propuse leerlas todas antes de volver a vernos, y lo conseguí.Cada letra provocaba en mí una mezcla de rabia, emoción, felicidad, y tristeza a la vez. Me he llegado a sentir como si estuviese en mitad de un tornado y no supiera de donde aferrarme para que los fuertes vientos no me arrastraran.Sé que hemos encontrado a nuestra hija, sé que estamos construyendo algo nuevo los dos juntos a nuestros hijos, pero me es inevitable no volver a sentir esa furia interna al imaginarme
Junio 11Ha dormido abrazada a mi toda la noche, si es que se le puede llamar dormir a que se levantara de la cama cada media hora. Sé que está muy nerviosa y eso le está jugando una mala pasada.La observo desde la cama mientras se cambia para ir a la oficina y no deja de mirarse al espejo, es como si estuviese buscando algún tipo de respuesta en su reflejo.—Te ves preciosa. — Comento haciendo que voltee a verme.—Estoy hecha un desastre. Tengo ojeras, apenas he dormido, y no puedo más de los nervios. Tengo un nudo en el estómago que no sé cómo calmarlo...— Me dice y vuelve a mirarse al espejo mientras pasa sus manos por encima de su abdomen con fuerza.—¿Quieres que vaya contigo a la oficina?— Me ofrezco.Ella niega y me mira a través del reflejo. —No amor, nadie sabe que estamos juntos y por ahora es
12 de junioYa hemos bajado del avión y recorremos los pasillos del aeropuerto tomados de la mano en absoluta libertad. Supongo que el estar en una ciudad donde no soy conocido; al menos eso es lo que yo creo, ayuda bastante a que seamos libres. Nos miramos de manera cómplice mientras buscamos el área de renta de vehículos para recoger el auto que hemos alquilado y sonreímos como dos tontos.—Espérame. — Me pide de repente y entra a uno de los baños.Me la quedo esperando en un costado con las maletas y mientras observo a la gente, no puedo parar de pensar que finalmente estamos aquí los dos solos. Es como si fuese una pequeña luna de miel adelantada y claramente me entusiasma demasiado la idea.—Vamos. — Le escucho decir y al voltearme la veo con sus ojos algo cristalizados.—¿Te encuentras bien?— Pregunto preocupa
[ZAMIRA]Lo observo detrás de mis lentes de sol mientras se sumerge en el agua, y debo decir que soy una mujer con demasiada suerte. Es el hombre más guapo de todos, y es mi prometido. Sebastien me hace señas para que vaya con él al agua, pero no tengo ánimos... mejor dicho, no me siento bien, pero no le quiero preocupar. Niego con mi cabeza, pero él insiste… Con un poco de esfuerzo, me pongo de pie y siento que el mundo da vueltas... supongo que es el calor; quizás el agua me haga bien.—Cariño, hasta que vienes. — Me dice emocionado y me toma de las manos para ayudarme a llegar hasta él.—Lo siento, es que estaba muy relajada allí. — Miento.Enreda sus brazos en mi cintura y me pega a su cuerpo — ¿De verdad que es eso? Te noto extraña. — Comenta y para callarlo, decido besarlo. —Es una buena estrategia, pero no funci
[SEBASTIEN]Al día siguiente: 13 de junioEl molesto ruido de su móvil me despierta. —Cariño, suena tu movil.— Digo y la sacudo levemente del brazo para que despierte.—Mmmm... que dejen un mensaje.— Dice aun dormida y rio.—Contestare yo, puede ser importante.— Le dejo saber y me levanto de la cama.—Aha...—《¿Roció? ¿Pero que hace a esta hora llamando? Son apenas las nueve de la mañana.》—Hola hija.— La saludo al contestar.—Pa, ¿te desperté?— Me pregunta tímidamente.—Algo así hija... ¿Cómo estás?— Pregunto saliendo al balcón.—Lo siento pa... creí que ya estaban despiertos... Solo quería pedirle permiso a mamá para salir con Luna y su mamá a dar una vu
[SEBASTIEN]Creo que jamás había estado tan nerviosos como lo estoy en este instante. Muevo mi pie sin parar contra el suelo y miro el bendito reloj que parece no mover esas agujas. Hace más de veinticinco minutos que está dentro del baño y si no sale pronto a mi me dará un ataque. Muero por saber si seremos padres nuevamente o no. Me pongo de pie y voy hacia la puerta del baño. Golpeo delicadamente —Cariño, dime algo por favor.— Le pido, pero no contesta.Intento escuchar y me parece que está llorando. Sin pensarlo dos veces, abro la puerta y entro. No entiendo nada; esta sentada en el suelo y llorando como si algo malo hubiese ocurrido.—Amor, ¿Qué sucede? — Pregunto demasiado preocupado mientras me arrodillo frente a ella. No me dice nada, solo sigue llorando y no soporto verla así. Me duele…Miro a mi alrededor intentando buscar respues
[ZAMIRA]Debería de estar feliz con este embarazo, tendría que estar muriéndome de amor con él mientras caminamos por las calles y le veo señalar una tienda con cosas para bebés hechas a mano, pero la verdad es que el miedo me gana.—Cariño, ¿te sientes bien?— Me pregunta al darse cuenta de que no respondo.—¿Podemos sentarnos a tomar algo?— Le pregunto y él asiente.—Lo que tú quieras amor. — Dice con una gran sonrisa y caminamos hacia el café que vimos hace un momento.Nos sentamos en una de las acogedoras mesas que hay ubicadas sobre la vereda, y él con su poco italiano le pide un café para él, un té para mí, y dos trozos de tarta de chocolate —¿Me dirás porque tan callada?— Pregunta finalmente.—Es que debería estar feliz por este embarazo, pe
[SEBASTIEN]La veo sonreír nuevamente y respiro aliviado. Esa conversación nos ha venido muy bien, he podido comprender porque había reaccionado así esta mañana cuando nos enteramos del embarazo. Si hay alguien de los dos que la ha tenido difícil aquí, es ella. Me basta recordar lo que leí en las cartas que me entrego en mi cumpleaños para ponerme un instante en su lugar y comprenderla. De todas maneras, el entenderla no quitaba que tuviera pánico de que no quisiera tener al bebé. Sé que ella no lo haría, pero verla triste durante todo el embarazo no era algo para lo que estuviese preparado.—Cuidado con el escalón. — Le digo cuando vamos entrando a la galería de arte que encontramos en nuestro paseo.Me mira como preguntándome "¿en serio?" y ríe —No soy de cristal ¿eh.?— Me advierte divertida.