— ¡Debería considerar entonces el hecho de mantenerte dentro de mis filas Salomón! Creo que esto no va a dirigirnos hacia un buen camino, últimamente has mostrado cierto interés en manejarte a libertad, así que considerando esto, creo que lo mejor es que abandones mis filas y busques tus propias rutas y lugares de protección.

— ¿Enserio crees que puedes echarme solo así como un perro? Me debes mucho David, me debes el lugar que ahora posees, me debes incluso la vida que presumes, seguramente no podrías mantener este cártel como hasta ahora se mantiene conmigo al mando, así que mientras Rubí continúe con vida, creo que me mantendré al frente de esta misión, ¡Aunque te encuentres completamente en contra!

David ardía en rabia en ese instante, siendo aún el dueño de todo, no era el tipo de hombre que reaccionara de una manera arrebatada, de la misma manera en la que se lo hizo ver Rubí anteriormente, sin embargo el deseo de acabar con la vida de Salomón en ese momento, no dejaba de apoder