De momento Ariel conocía perfectamente el camino, de alguna manera dejé todo en sus manos confiada prácticamente en su buen criterio, así como también en todo lo que estuviese pensando en ese momento, se conducía a una velocidad considerable porque bajo ninguna circunstancia estaba dispuesto a llamar la atención no solo de las personas sino también de las autoridades, debido a que literalmente no estaba permitido excederse de ciertos límites de velocidad por lo que la prisa de alguna forma no era necesaria en ese momento, solo sabíamos que debíamos entregar la mercadería que llevamos en los autos en el lugar establecido para posteriormente recibir el pago, regresar a la finca entregárselo a David y Así mismo proceder a retirarnos de esa porquería de finca a nombre de Salomón.

Definitivamente la situación era un tanto riesgosa por la manera y la forma en la que nos encontramos en esta primera entrega que literalmente era solo la entrega de Ariel en todo caso, porque de mi parte contaba