Punto de vista de Bruno

–Te lo prometo mi amor, y te prometo que te voy a sacar de aquí.

Lena llora desconsolada, y yo solo puedo tenerla entre mis brazos mientras hago mi mayor esfuerzo por no derrumbarme ante esta revolución que tengo en mi interior.

Me repito una y otra vez que tengo que ser fuerte para ella, que debo inspirarle seguridad, pero confieso que no se me hace fácil. Lena es mi debilidad, y su sufrimiento es el mío también.

Hace un tiempo atrás, juré que nunca más iba a volver a sentir esto por nadie, mucho menos por ella, porque inevitablemente el amor viene de la mano con el dolor.

Pero de alguna manera, ella logró sanar mis heridas, me hizo confiar en que era posible amarla sin miedo a ser lastimado, y aunque parezca una locura, aún me aferro a la esperanza de que ella sea mi para siempre.

–Te amo tanto Bruno, nunca lo dudes por favor –continúa diciendo con lágrimas en sus ojos.

–Y yo a ti mi amor, por siempre…

Justo en ese instante, somos interrumpidos por uno de los