Punto de vista de Liah

–¿Puedo acompañarte en tu reunión con Mateo? –pregunto.

–Si, de hecho no debe tardar en llegar. Le dije que a las cinco y…

Justo en ese instante, Clara toca la puerta de la habitación anunciando que Mateo ya ha llegado.

–Son exactamente las cuatro y cincuenta y nueve –dice Bruno al mismo tiempo que mira su reloj de muñeca –, Mateo no puede ser más puntual.

Yo me río y seguidamente, salimos hacia su despacho.

Mientras escucho hablar a Mateo sobre las mil y un razones por las cuales no debe aceptar el acuerdo con Castañeda, noto el silencio ensordecedor de Bruno quien parece escucharlo con atención.

Puedo darme cuenta que este tema es algo que definitivamente lo atormenta y detesto tanto tener que estar en el medio de todo esto.

–Mateo, no tienes que convencerme de que no lo haga, porque créeme cuando te digo que sé que es una pésima idea, pero… –dice Bruno volteándose a verme –, lo que pasó con Lena no fue al azar. Algo me dice que el cartel tuvo algo que ver con