Entro en mi departamento tirando mi bolso y abrigo. Necesito salir a sacar toda está furia. Me voy a mi cuarto, me cambio el vestido y los zapatos por ropa de correr y unas zapatillas de deporte. Ato mi cabello en una cola alta y salgo de nuevo de mi apartamento. Corro como nunca lo he hecho. Me exijo al límite, mi cuerpo comienza a protestar luego de una hora debido a mi estado físico, no soy una corredora innata y a eso le adherimos que no he consumido la cantidad de alimentos adecuados en este tiempo. Mi cuerpo me pide un descanso, es irónico, pero ya no me quejó de mis curvas pronunciadas. Con el exceso de ejercicio y la poca comida que consumo, he bajado mucho de peso. Pero la verdad en este momento no me interesa, luego de unos minutos de descanso caminando a paso rápido comienzo de nuevo y así estoy por media hora más hasta que mi alma o puede más.

Doy una última vuelta y me dirijo a mi edificio